ANA LIDIA HENRÍQUEZ*
Este 15 de noviembre se cumplen un año más de la trágica muerte de José “Pepe” Henríquez Álvarez, existiendo un manto de olvido que parece cubrir su recuerdo, deseamos evocar como fue que vivió este afable hombre de una energía incontrolable por su familia, amigos y sobre todo por la lírica, que es considerada por eruditos como melodía de pasión, locura y muerte. Tres etapas que bien podrían definir la vida de “Pepe”.
Historia de una pasión
José Henríquez, presentó desde muy joven una vehemencia por la ópera, que se transformaría en el vértice central de su vida.
Fue a la temprana edad de 13 años cuando su hermano Luis le obsequió un “Long play” del tenor Mario Lanza, inmediatamente escuchó el preciado regalo y fue en ese preciso instante que Pepe quedó profundamente enamorado del bello canto.
Desde ese momento fue cultivando su pasión, primero como una actividad de entretención, pero luego se propuso hacer público en el histórico puerto de Iquique el arte lírico, destacando como un activo agente cultural.
Club de Amigos de la Opera de Iquique
Un 12 de abril de 1985, nació la institución cultural denominada “Club de Amigos de la Opera de Iquique (CLAMOI) institución que fundó y presidió hasta su fallecimiento. Desde esa tribuna empezó a realizar fuertes críticas por la falta de espectáculos de nivel que llagaban hasta nuestro puerto. Pero su gestión no quedó en el mero reclamo, sino desde el interior del mundo de la ópera posibilitó la llegada hasta el centenario Teatro Municipal, y otros escenarios, de connotados artistas y espectáculos líricos devolviéndole la solemnidad que caracterizó a este teatro en la época de oro del salitre.
Es así como a Iquique llegaron los tenores José Azócar, Gonzalo Tomckwiack y Luis Olivares. Los que ofrecían inolvidables conciertos. Además, junto a las empresas privadas gestionó la presentación del Ballet del Teatro Municipal de Santiago y apoteósicos montajes del bell canto.
Aún está en la memoria colectiva de los iquiqueños que repletaron el Teatro Municipal y se estremecieron con tan esplendidas interpretaciones.
“Grandes Voces Líricas del Siglo”
Henríquez fue el creador del único programa que por casi 20 años difundió la música lírica en la zona norte. En la desaparecida radio “La Tirana FM”, Pepe tenía un espacio dominical que se transmitía todas las semanas desde las 14.00. Desde ese escenario realizó más de mil transmisiones, dando a conocer a la ciudad numerosas áreas, dúos, cuartetos y sextetos de grandes composiciones líricas.
Columnista
Además, escribió cientos de artículos en el diario “La Estrella de Iquique”, cuando era director su gran amigo Arcadio Castillo. Los artículos de prensa eran para “Pepe” otro medio de difundir su gran pasión haciendo difusión entra los iquiqueños la música lírica.
Trágica partida
Al recordar a José Henríquez, nace en su familia y amigos cercanos un sentimiento de sutil tristeza, ya que su partida dejó una pérdida difícil remplazar.
Su trágica partida fue, paradójicamente, como los tantos finales de tantas operas que amó vivió y sintió. Pero es en su fascinante vida en la que su familia y amigos mantienen recuerdo y siendo éstos los que me permiten superar el dolor que dejo su repentino adiós.
Su vida y la pasión con que la disfrutó, son la fuente de energía que inspira este texto y su recuerdo perdurará por siempre en el corazón de quienes lo conocieron.
El Concejo Municipal de la administración Soria lo designó como “ciudadano destacado” siendo premiado póstumamente, junto al creador de la renombrada “Cantata de la Santa María”, el desaparecido compositor Luis Advis Ataglic.
*La autora es hija de José Henríquez. Originalmente publicó este artículo en El Sol de Iquique en noviembre de 2011.
Haroldo Quinteros.
Luego de su muerte, escribí a los diarios locales solicitando para José el título «Ciudadano Destacado de Iquique» que otorga cada año el Consejo Municipal. Le fue otorgado en la forma oficial de póstumo.
Haroldo Quinteros.