marzo 22, 2025
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06

Dic

La Basura: ¿Un problema o una oportunidad? | Gonzalo Prieto

GONZALO PRIETO


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Gonzalo Prieto Navarrete, sociólogo y Máster en Medio Ambiente: Dimensiones Humanas y Socioeconómicas de la Universidad Complutense de Madrid. Gerente de Estudios y Consultorías Imagina Ltda.

Hace algunas semanas atrás los Municipios de Iquique y Alto Hospicio declararon públicamente que utilizarían el relleno privado de Santa Inés para depositar allí la basura de todas y todos quienes habitamos las ciudades de la provincia. Una decisión que va a contrapelo de lo que se había estado trabajando entre ambos municipios desde hace ya varios años.

 

Recordemos. El año 2017 el gobierno de la época a través de su máxima autoridad regional prometía a las y los vecinos de Alto Hospicio, en particular el sector del BORO, que en el plazo de no más de un año su problema con el en ese entonces actual vertedero administrado por la Municipalidad de Iquique estaría resuelto. ¿Cómo sería eso posible? Teniendo en cuenta que cualquier proyecto en esa dirección tardaría, de acuerdo con los tiempos públicos, al menos unos dos años.

 

 

Mientras tanto, durante años los alcaldes de Iquique y Alto Hospicio nunca se pusieron de acuerdo en una solución mancomunada. Lo cual, desde la estructura estatal central siempre fue el requisito para poder avanzar en un proyecto público viable que incorpore además elementos sustantivos en materia de sustentabilidad en el territorio.

 

Pero todo cambió, cuando los municipios de Iquique y Alto Hospicio deciden mancomunarse para tener una solución pública para no solamente recolectar basura, sino para construir una alternativa de desarrollo económico y ambiental para las ciudades. Se firmó entonces el acuerdo para la creación de una asociación municipal exclusiva para este proyecto, con un presupuesto municipal aprobado por ambas instituciones. Mientras ocurría eso, el Municipio de Alto Hospicio avanzaba en el proyecto que permitía la factibilidad, el terreno y la resolución de calificación ambiental para un nuevo Centro Integral de Tratamiento de Residuos de la provincia de Iquique.

 

¿Qué pasó entonces?, ¿Por qué después de todo este esfuerzo, que implica una gran cantidad de recursos económicos y humanos, los municipios terminan por ceder a una solución privada? Un negocio que ronda los 7 mil millones de pesos entre ambos municipios. El problema no es que sea privado, es que la solución del relleno no ofrece ninguna solución más innovadora que seguir haciendo lo mismo con la basura y perdernos la oportunidad de abrir un proceso ambiental, social y económicamente sostenible, sumando con inteligencia a todo un ecosistema local y con ello brindar una oportunidad de verdadero desarrollo.

 

Recicladores de base, transportes, pequeñas empresas de reciclaje, reutilización, economía circular. Todo aquello queda fuera con un relleno sanitario que es una solución fácil para el hoy, pero que no tiene una proyección de futuro. Tal parece que Chile, en lo particular Iquique y Alto Hospicio no han despertado, pues seguimos haciendo lo mismo.

 

Las respuestas sin duda alguna están más alojadas en una cuestión de orden político mas que económico o técnico. Deshacerse de un problema como el de la basura y externalizarlo en un privado tiene ventajas enormes para las administraciones que no tendrán que enfrentarse – por ahora – a las y los vecinos del BORO en Alto Hospicio. Sin embargo, lo que no saben es que tarde o temprano el problema volverá a tocar las puertas de las personas. Sin dejar de lado, que no hacernos cargo del problema de manera inteligente deja fuera a muchos agentes de cambio ambiental que colaboran y a su vez ello les permite sacar adelante a sus familias, me refiero a los recicladores.

 

Tengo esperanza, pese a la decisión tomada de llevar y pagar por la disposición final de la basura en un relleno sanitario privado, podremos ser capaces de continuar con un proyecto público que es perfectamente capaz de conversar con el sector privado y convertir el problema de la basura en una oportunidad de desarrollo sostenible.

 

No es incompatible el proyecto público con un proyecto privado. Es posible que ambos se complementen en un circulo virtuoso. Siempre y cuando éste sea una relación beneficiosa para ambos, y por sobre todo para la gente que debiera ver en la basura una fuente de desarrollo económico, empleo y protección ambiental. No como ahora, que es un problema del que todos escapan.

 

Seamos ejemplo de innovación pública en la Región y el país. Esas son las verdaderas transformaciones, y no continuar dando las soluciones del manual de las últimas décadas. No se trata de caer un discurso binario de enfrentamiento entre mercado versus Estado, al contrario, de construir alianzas estratégicas que permitan que realmente todas y todos logren éxito. El planeta y la región necesita imaginar proyectos más innovadores, porque de allí podremos alcanzar el verdadero desarrollo humano y sostenible que se nos demanda.

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