NELSON MONDACA I.

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Para los chilenos el Mensaje presidencial en los Salones del Congreso Nacional, reviste una importancia especial. A mi parecer, su relevancia tiene sus fundamentos en la esencia de la democracia. El Mandatario da a conocer la marcha del país y del trabajo desplegado por el gobierno en la Moneda. Tomamos conocimiento de sus logros y de los esfuerzos por superar las mayores dificultades que hoy enfrenta nuestra sociedad. Por lo mismo un repaso justificado de obligaciones y responsabilidades asumidas cada año por sus Ministros. En concreto sus obras. Este Mensaje es parte de nuestra cultura política.
Así, los ciudadanos, por supuesto no todos, nos tomamos muy en serio esta ceremonia. Esperamos anuncios para vencer la pobreza y de cómo se ponen fin a las injusticias en la distribución de la riqueza, etcétera. Aquí en esta cuenta pública se permiten los datos y las estadísticas, manejo de los presupuestos y las asignaciones de recursos.
Este discurso que abarca tantas materias y con un promedio de dos horas de duración, se asemeja a un rosario construido con el mejor metal de la naturaleza humana y que consta de todas las esperanzas de un mejor y feliz país. De este modo los amigos del Presidente, conocidos como oficialistas, son los que los vitorean. Mientras sus contrarios, la oposición en su diversidad, esperan criticarlo con todas sus argumentaciones.
Es fácil pensar que la cuenta pública del Presidente Piñera, estaba sometida a uno de los momentos más duros del Covid-19. Veamos en estas circunstancias solamente tres factores que cruzaban el discurso del Mandatario: A) La crisis económica que azota el desempleo con cifras estremecedoras. Agreguemos, en general malas remuneraciones y derrota en el Tribunal Constitucional por el retiro del 10%. B) En las últimas elecciones, la derecha pierde en la Convención Constituyente y pierde municipios emblemáticos. C) Las acusaciones a los DD.HH., en organismos internacionales por víctimas del estallido social.
Entonces, en una lectura de estos factores conformaban un triángulo matemático que a ciencias a ciertas se podía intuir que había que hacer un discurso que diera un golpe de timón. Además, creo que pueden existir objetivamente otras razones, pero los intelectuales de la filosofía política pueden darse ese gustito.
No existían palabras por mostrar caminos recorridos en la superación de la pobreza, ya que la pandemia del Covid-19 la estaban asumiendo los mismos trabajadores cuando sacan sus propios ahorros previsionales y el Gobierno no hace un real esfuerzo por mitigar la crisis económica. Después la ayuda del Estado no llegó a muchos hogares, otros nunca la recibieron y son muchos más a que les llegó tardíamente de modo insuficiente. Siempre se opuso erráticamente al retiro del 10% de las AFP’s.
De tal modo que, la gravedad de estas realidades no se podían pasar por alto y menos negar su magnitud. Tengo la obligación de destacar que había que tener mucho valor para asumir la existencia de estas grandes dificultades y que el mundo real es mucho más complejo de una aumentada manipulación de técnicas informativas.
El Presidente Sebastián Piñera, entró en acción a fin de recomponer su figura deteriorada y sin miedo asume, como sea, sus errores. Legado sí o no, que importa. Entonces, dejó la inmensa escoba y la tremenda embarrada en la derecha y revolvió los dados a su favor. Inclusive, la izquierda y oposición en todo su conjunto, a mi juicio, con honestidad quedó muy desconcertada. No sabían cómo calificar el discurso presidencial. A través de los días ya hay más claridad.
El anuncio de impulsar con urgencia el proyecto de ley “Matrimonio igualitario” -éste ya entró al Senado-, dejando heridos a sus amigos de la alianza del Chile Vamos, contrarios a esta idea política. Ahora están por pasarle la cuenta al Presidente Piñera. Lo tratan de “traidor y de no respetar el programa de gobierno”. Es decir, la cuestión social y política está en que la aurora del rosario político giró en un 100%. Remueve los cimientos en principios teológicos propios de nuestras instituciones religiosas, de las tradiciones cívicas y familiares. No es un asunto menor. Los políticos de la derecha más conservadores y otros políticos, sean de donde sean, deben asumir con su voto a favor y/o en contra en el Parlamento, el citado proyecto de ley.
Increíble pero inmensamente increíble, la derecha apagando el incendio con bencina. Estos políticos que se creen dueños de la verdad absoluta, ahora resentidos, heridos y dolidos toman venganza hacia la figura de su Presidente. Reaccionan y anuncian enviar un proyecto de ley por el retiro del 100% de los ahorros previsionales de las AFP’s, bajo el pretexto de que la oposición con Yasna Provoste, presidenta del Senado, estaría patrocinando la “estatización” de estos recursos. Lo que es realmente falso. Lo que se quiere, es que estos fondos sirvan para reactivar la inversión nacional. No como ocurre hoy que se invierten en el extranjero.
¡Basta de los manotazos que le dan a estos fondos! ciertos grupos dueños del poder económico del país. Sin embargo, no contaban que Pamela Jiles, les llevaría la delantera y ahora veamos sí honran su palabra para apoyar el retiro del 100% de estos fondos.
Por mi parte, creo que hay otras aristas de negociaciones en el umbral del poder político que son parte de los secretos de la Moneda y que nunca serán desclasificados. Me quedó tranquilo, siempre que el país avance. En cuanto al matrimonio paritario, soy partidario de que “todas las verdades se tocan” y por lo tanto un ferviente ciudadano por los sentimientos del amor desde el corazón y la pasión de luchar por una familia feliz. Me opongo a los dogmas y a las filosofías que codifican la libertad y someten a los seres humanos al tenor esclavizante del sexo.