Por GONZALO VALLEJO LEGARRETA
A propósito del caso de un ex obispo de Iquique, sin duda alguna hay un proceso de decadencia en las oscuras cavernas de la iglesia católica. La pederastia, entre otras aberraciones sexuales, ha socavado las bases “espirituales” de una institución que ha caído en la más nefasta amoralidad.
Tenemos casos lamentables de abusos psicológicos y físicos de sacerdotes o de aquellos que ostentan la calidad de hermanos, quienes han incurrido en deleznables actos de perversión con absoluta conciencia del daño que causaron, causan y causarán, amparándose en un supuesto “poder” de origen “divino”, no puro y perfectamente mal discernido, sobre seres inocentes que han sido “entregados” por sus padres a fin de recibir una supuesta formación valórica y educacional acorde a los preceptos católicos.
Los ingresantes a las diversas congregaciones son generalmente, o en su mayoría, hombres y mujeres con evidentes desviaciones sexuales, quizás víctimas de una inadecuada formación cultural y social o de abusos cometidos por su núcleo familiar o amical más cercano. No hay la más mínima exigencia psicológica para discernir entre los postulantes una posible vocación religiosa, por lo que una vez que ingresan estos futuros sacerdotes o hermanos se convierten en verdaderos depredadores. Últimamente, casos como los sodálites en Perú o los maristas en Chile son los más claros ejemplos, sólo por nombrar algunos, de la total indigencia moral de esta institución.
[quote]Quienes han incurrido en deleznables actos de perversión con absoluta conciencia del daño que causaron, causan y causarán, amparándose en un supuesto “poder” de origen “divino”, no puro y perfectamente mal discernido, sobre seres inocentes que han sido “entregados” por sus padres a fin de recibir una supuesta formación valórica y educacional acorde a los preceptos católicos.[/quote]
La inexplicable complicidad de una jerarquía hipócrita y epicúrea, a pesar de su buena formación académica, ha llevada a la iglesia católica a una de las peores crisis valóricas por las que ha atravesado este conglomerado humano a través de una historia plagada de asesinatos, intrigas, abusos sexuales, torturas y actos ilícitos en el ámbito financiero. Imposible negar. La Historia objetiva avala estos terribles hechos. Puede ser que en la iglesia primitiva haya habido rasgos de buena inspiración, como asimismo, en este tiempo, el trabajo de genuina buena intención que llevaron y llevan a cabo sacerdotes obreros que optaron por los pobres y desprotegidos de esta nueva sociedad consumista. No es muy creíble la frase de Bergoglio al decir que prestará “particular atención” a casos específicos de abusos sexuales. Simplemente no creíble. Siempre ha habido un extraño silencio, el silencio de los culpables, el silencio de cómplices pasivos que han silenciado un dogmatismo exacerbado, derechistas conservadores, que han usufructuado de una organización absolutamente en decadencia. ¿ Chile es realmente un país religioso ? Constitucionalmente Chile es un estado laico. En consecuencia, ¿ por qué tanta parafernalia para recibir al Jefe de un Estado que ampara estos actos inmorales ? ¿ No han violado acaso los derechos humanos ? ¿ No deberían ser condenados los autores de estos pervertidos hechos por delitos de lesa humanidad ? ¡ Hasta cuándo !