Conmemorar el Día Mundial de la Filosofía cada tercer jueves de noviembre resulta una ocasión propicia para pensar en la situación de la filosofía en Chile, desde las diversas dimensiones en las que se imparte o desarrolla: escuela, academia e investigación. Este año enfrentamos la disminución de horas en las asignaturas de arte, ciencias, orientación, historia, música y filosofía. Quienes trabajamos en el campo de la filosofía afirmamos la relevancia de estas asignaturas en el currículum escolar. La enseñanza filosófica, por su parte, más allá de contenidos y autores específicos, debe promover una mirada crítica y analítica del entorno social, para así permitir la construcción de una sociedad más democrática. En esta declaración, como Asociación Chilena de Filosofía, queremos exponer algunas tareas colectivas para nuestra disciplina:
- La escuela
Desde la última reforma curricular del año 2020, se hace necesaria una revisión de cómo ha funcionado este currículum con la implementación de los electivos y la disminución de horas regulares.
La recuperación de horas de Filosofía para la educación Técnico Profesional se ha visto afectada por la falta de profesores y profesoras que puedan impartirlas. Esto da cuenta de un déficit que se vuelve más grave si se mira el sistema escolar en su totalidad.
Cabe señalar, además, el deterioro de las condiciones laborales en el sistema escolar, que se expresan, fundamentalmente, en violencias estructurales cuya consecuencia es el desincentivo a estudiar pedagogía, la escasa capacidad de retención de las instituciones formadoras y la deserción de muchos profesores y profesoras antes de los cinco años de ejercicio.
- Formación de profesores
Ante el déficit de profesores en el sistema escolar, no sólo de filosofía, sino que también de otras áreas, se hace urgente una alianza entre el Estado y sus universidades, en especial las de regiones donde esta falta es más grave. Esto implica aumentar la matrícula de formación inicial, los apoyos institucionales y políticas de promoción e inserción, además de descentralizar y garantizar la formación filosófica y pedagógica a lo largo de todo el país, considerando las singularidades de cada lugar.
- Academia
José Santos (2015) y Marcela Gaete (2007), entre otros y otras, han señalado que los programas de filosofía tienden a ser sesgados en términos de género, clase y/o etnicidad, y extremadamente homogéneos, observándose escasas diferencias entre las distintas mallas de las universidades que cuentan con la carrera de pedagogía o licenciatura en filosofía. Por ello se hace necesario incorporar una perspectiva decolonizadora y de género, integrando otras voces. Asimismo, se hace urgente la incorporación de filósofas en las plantas académicas y de autoras en los programas de estudio, de manera tal que se avance hacia un currículum no sexista.
- Investigación
En el estado actual de la investigación en humanidades, se hace necesaria una revisión tanto de los instrumentos como de la asignación de los fondos involucrados. Se trata de que el sistema sea consistente con la importancia que tienen las humanidades, y la filosofía en particular, para una convivencia democrática. Esto implica incluir criterios de género, de descentralización y de justicia epistémica, que permitan medir a cada campo disciplinar desde sus propias especificidades.
Este nuevo Día Mundial de la Filosofía nos permite reflexionar, una vez más, acerca de la relevancia de la filosofía así como de los problemas que aún persisten. Una interpelación de la escuela, de la formación de profesores, de la academia y la investigación, son urgentes para avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática y más justa.
Directiva y Directorio Asociación Chilena de Filosofía, Santiago y Valparaíso, 17 de noviembre de 2022