@plumaiquiqueña
La definición que utiliza el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Español, es la siguiente: «Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en un determinado país, con especialidad en los trajes, telas y adornos…».
La moda se concibe como el proceso de transformación que no cesa y de tendencia gradual en las preferencias de los miembros de una sociedad determinada en todo tipo de ámbitos. La moda cambia día a día nuestras vidas, o nuestra forma de ver la vida.
Si no estamos a la moda no entramos dentro del juego social y no formamos parte de un rol determinado.
Antiguamente la moda no estaba condicionada por la globalización y las redes sociales. Las grandes tendencias giraban por ese entonces en torno a urbes como Nueva York, Francia o Italia. En Chile, la hegemonía de los campos y los pueblos del interior por sobre el mundo urbano era evidente, primaba la fabricación artesanal, reinaban arbolitos dando la sombra y la leña apilada en la puerta de la casa. Las materias primas eran valoradas, trabajadas y terminadas. Sin embargo, este Chile rural, sencillo, sagrado y humanizado generaba la sombra de la pobreza sobre la inocencia de cientos de niños descalzos, ávidos por jugar e ir a la escuela para aprender las tablas de multiplicar. Espejo de agua que se repetía en el árido norte chileno, allá dónde el diablo perdió el poncho, glorioso puerto viviendo en abandono y oscuridad bajo el cielo de los techos planos. Con la llegada del Puerto libre, muchos niños vestían con las ropas provenientes de Arica. En fechas navideñas, las familias compraban los «blue jeans pecos bill»( Pecos Bill es una de las figuras míticas más representativas del vaquero estadounidense). A los pecos bill uno lo doblaba abajo, al estilo James Dean, recuerda Hector. También había poleras, sandalias y condoritos. Las niñas usaban hermosos vestidos, especialmente color rosado, confeccionado por una modista de barrio, más los clásicos zapatos de charol. Se usaban los pantalones marengos, los pantalones cortos con suspensores; a esos les decían «pichi mamá», relata con nostalgia Juanito. Otros muchachos de la época del 50, iban a un sastre. En las máquinas de coser, se confeccionaban pantalones, camisas, vestones y vestidos por doquier. Se usaba mucho el género escocés, los vestidos eran de talle largo y se llevaba un cinturón. Ah y las poleras eran tipo beatle. Berta recuerda que para una Navidad fue a un baile con un vestido de cuello grande, cinturón ancho, falda acampanada y dos grandes bolsillos en los costados.
Para los ochenteros forever, el olor a progreso instaló una moda urbana, propia del modernismo con la Zofri y tiendas como Tita Sport, Arthurs, La Joven Ideal, La Confianza y la Casa Francesa. Atrás quedaron los pantalones pata elefante, zapatos terraplén, suecos y moda propia del movimiento hippie de 1969. (Woodstock)
Los hijos del rock latino se vestían con blue jeans Parada 111, Levis, Wrangler y Cheldiz. En las inolvidables fiestas de living eran común verlos con pantalones amasados o nevados, zapatos pluma, camisas, suspensores y corbatas. Las lolas se arreglaban el pelo con laca Dúo o gel wella, usaban coral o impulse 17. La moda de los blue jeans la impuso Claudia Miranda, con la marca Cheldiz; el jeans. El algodón estaba de moda con pantalones y blusas de colores pasteles, incluyendo cintillos y anchos cinturones. El traje de baño de Cecilia Bolocco causaba furor en la taquilla iquiqueña, recién coronada Miss Chile, con la nueva tendencia; las hombreras. Sí un traje de baño con hombreras, las cuales se repetían en blusas y chaquetas. A partir de los 90, la moda se fabrica en serie y a gran escala con franela, bototos, camisas con diseño y colores flúor. Según el tipo de música, se usaba un tipo de ropa.
En los 2000, el ideal actual de los jóvenes se centra en estar en el nivel del «grupito» que trae el mejor celular, reloj, carro, ropa de marca, bolsa, zapatos, jeans, en fin, vestirse como los artistas, los deportistas o héroes ficticios del cine o la televisión; o bien, actuar como las figuras públicas del momento. Se extraña en demasía el chaleco de colegio pingüino de la Ligua, los zapatos de cuero legítimo; cosidos y duraderos.
«La moda pasa de moda”, lo que se mantiene el estilo señalaba la diseñadora Coco Chanel. Yo creo que las modas son respuestas sociales a modas anteriores, todo fluye. Existen prendas que nunca pasarán de moda como los jeans, pantalones pata elefante, vestidos negros cortos, blazers, etc. En mi armario aún conservo una chaqueta de cuero café y una falda hippie de mamá cuando estudiaba en la universidad por los años 70.
Agradecimientos al grupo Artemio y a Vladimir Ramos Silva