Por VIRAL ALZADA
Como ya saben no soy católica así que no fui a ver al Papa, pero la curiosidad me ganó y lo vi llegar a nuestro glorioso Iquique por la tele. Ya me había impresionado la cantidad de gente que se agolpó en las calles para la llegada del “Lolo” y la “Chinita” pero realmente el oír nuestro cachimbo sonando en vivo a todo Chile me emociono, acompañado de los de la escuela municipal de la caleta Chanavayita apelaron a mis sentimientos más profundos de amor a mi tierra, esa tierra con la energía ancestral de los changos.
El relator de canal de todos los chilenos interrumpe mi emoción diciendo ”el alcalde de Iquique Soria, hijo del caudillo de Iquique don Choro Soria”, mis lágrimas brotaron cuando mi alcalde le entregaba un libro de la historia de Iquique, seguro no lo va leer pero nosotros cumplimos.
Saben que al Mauro Soria le tengo barra, así que quizás mi comentario no sea objetivo, pero nunca lo ha sido. Debo decir a mi querido y amado Mauro, que lo felicito por que no es fácil seguir una fe en estos tiempos, yo me di por vencida hace mucho. Me da la impresión que te a jugaste con todo para que salga bien la llegada del Don Papa Pancho, movilizando a todo el personal que tenías para que en tan solo unas horas todo termine. Nos regalaste ese pequeño momento de emoción que nos hizo olvidar por un minuto todo lo mal que esta alrededor (solo un minutos después volví a la realidad).
Y de pronto llega Don Pancho al Campus Lobito y siento nuevamente mis sonidos de la pampa con la Chinita del Tamarugal, y de fondo esos cerros de la costa de Iquique color café esos que a veces son regalan un desierto florido y que esconden un belleza y que solo pueden ver os que sienten esta tierra como la suya.
Adiós Don Papa pancho ya quedaste en la memoria de todos los amante de esta tierra sean o no católicos.
PD: La emoción no logro hacer olvidar a todos los violadores de la iglesia y mucho menos a tanto cura que se quedó piola en la dictadura, entre los cuales también estas tú.