octubre 7, 2024
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18

Jun

La utopía de un Chile más justo | Por Nelson Mondaca I.

Nelson Mondaca columna
Nelson C. Mondaca Ijalba nmonijalba@gmail.com

Vengo saliendo de una reunión organizada por la Dirección del Trabajo con motivo de reunir antecedentes, testimonios y vivencias de dirigentes sindicales desde hace 50 años. Fue una cita de viejos “compañeros” de ruta, muy emotiva, transversal y fortalecedora. Un dialogo franco, directo, un conversatorio sin fronteras. Gracias a: Hugo, Dufré, Néstor, Esmeralda, Sampson, Pedro y Luis.

Lógicamente, a esta citación faltaron viejos cuadros; ellos partieron de esta vida, pero que sus enseñanzas siempre son como rayos luminosos del Colorado a Cavancha, nos ayudan inesperadamente en momentos difíciles. Por ejemplo: Hugo Bolívar, del sector público, los profesores; Héctor Basualto, del sector pesquero. Personas históricas del movimiento sindical de nuestra ciudad, que marcaron el devenir por mejorar las condiciones de vida a sus sectores laborales. Así como ellos, en el campo femenino, recuerdo a Rosa Lara, Mavis Maldonado y a la ejemplar ex dirigente, que aún sobrevive, Rosa Tassara.

Sí mi amigos/as, de seguro que se me quedan muchos nombres y grandes personas, por lo cual, les doy mil disculpas. En la medida que repaso los años del pasado reciente, vienen a mi memoria, otros destacados luchadores y luchadoras sociales, con los cuales, en muchas oportunidades nos encontramos haciendo unidad en reuniones clandestinas.

Los tiempos en Dictadura fueron: peligrosos, duros, de miedo permanente, de dolor, sacrificio y hambre. Siempre, nuestra conciencia de clase nos hacía estar preparados para todo lo peor. ¡Somos sobrevivientes de la dictadura y del siglo XX! Fuimos como aves combativas que fueron de aquí y para allá, entre el océano y el desierto. Del silencio al grito, de la fosa a la vida, de lo negro de Pisagua al cielo azul del pelícano de Iquique.

Por último, en esta reunión también estuvieron presentes, el Seremi del Trabajo Ignacio Prieto y el Director, don Jaime Rojas. No podía estar ausente la señora Hilda Calderón y don Horacio Aras. Asimismo, otros funcionarios de este Servicio Público, quienes son fieles testigos del trabajo de los dirigentes sindicales en favor de sus trabajadores/as, de sus demandas y reivindicaciones, así como de los aciertos y avances, de los retrocesos y fracasos en materia colectiva, contractual, judicial y legislativa.

Ahora, deseo abordar ese andar sindical con el presente, tocando de alguna manera la realidad política. Nuestras raíces y organización provienen del desarrollo de la industria salitrera, donde destacaron Luis Emilio Recabarren y Elías Lafertte. La explotación salitrera se remitía a métodos de trabajo colonial, un sistema que predominó a lo largo del siglo XIX y XX. Donde, en la práctica el trabajador pampino era tratado como un verdadero esclavo, laborando de 16 a 18 horas diarias. El deterioro de la salud física y las miserables condiciones de vida, generan una crisis social de enorme envergadura. El proletariado se moviliza y reclama la jornada laboral de las 8 horas. Masivamente solicitaron poner fin al sistema de “fichas y vales” por dinero efectivo y un aumento de salarios.

Bajo esta coyuntura inquisidora para la historia de nuestra sociedad, surgieron represiones que manchan con sangre la historia del movimiento obrero en el Norte Grande de nuestro país. Así tenemos varias matanzas que se olvidan y muchos ignoran. No existen políticas públicas que las registren en concordancia con los libros de historia.

Al paso de estas palabras, un ejemplo. En el último seminario laboral de nuestro sector, ninguno de los 63 asistentes, tenía conocimiento de la Matanza de la Coruña. Tragedia ocurrida un 5 de junio, 1925, con la muerte de más 2000 (dos mil) trabajadores y sus familias. De acuerdo con el libro del investigador Senén Durán G., sus principales responsables políticos de este holocausto son: el Presidente de la República, Arturo Alessandri Palma, sus Ministros de Guerra y del Interior, Carlos Ibáñez del Campo y Armando Jaramillo V., respectivamente.

Cuando nos sumergimos en estas páginas de la historia, abrimos un abanico de información y de lamentables hechos que golpean lo más profundo de nuestras almas y de nuestra sociedad.

Desde, mi simple punto de vista, tenemos muchas heridas abiertas. La Derecha ha estado involucrada en esas dolorosas tragedias. Sin embargo, su principal responsabilidad les cae en el golpe de Pinochet en contra del presidente Allende.
Las políticas de exterminio, de muerte, de torturas, de desaparecidos, no tienen parangón alguno en toda nuestra historia. Persiguió y mató a dirigentes sindicales.

En este andar de la utopía de un Chile más justo, vuelvo a destacar el trabajo heroico de las mujeres en contra de la dictadura. Pues, ellas en la Coordinadora Nacional Sindical, en las mismas barbas del fascismo, fueron las primeras en organizar un acto público el 8 de Marzo de 1978, en el Día Internacional de la Mujer.

En nuestro Sindicato Interempresas de Zofri, jugaron un rol de primera línea, por ejemplo: Mónica Silva, Anyela Andrade, Pamela Alonso, Viviana Taucare, Vania Flores. Las hermanas, Yarela y Melissa Gargajo. Muchas más que en forma anónima siempre estuvieron donde las “papas quemaban”. Tal como lo dije antes, pido disculpas, por no nombrarlas a todas, ya que se me quedan en el tintero del paso de los años. Me siento muy afortunado por haberlas conocido. Por ahora, al dejar estas líneas agradecer a Augusto Campos, Iván Corrales, Iván Villarroel, Pietro Girondina y a Ángel Álvarez. Muchas gracias.

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