El domingo pasado comenzó el otoño, estación en que los canes renuevan su pelo por uno más grueso que los proteja del frío.
Todo tiene un por qué en la naturaleza, y en el caso de los perros cuando pelechan en primavera y también en otoño, en donde sueltan pelo fino para reemplazarlo por uno más grueso y denso que prepare su cuerpo para protegerse de las bajas temperaturas del invierno.
Según los entendidos de en materia, la disminución de temperatura y horas luz genera cambios hormonales y a su vez éstos provocan la caída y muda o renovación del pelaje de los firulais. Este proceso es más notorio en razas con pelaje frondoso como los Ovejeros o Pastores Alemanes, Golden Retriever y Siberianos. En cambio, Westy, Yorkshire, Maltés y Poodle casi no pelechan.
Para que no nos llenemos de pelos, es necesario que los humanos de manera rutinaria cepillen a sus firualis en esta etapa de muda. El cepillado se debe realizar suavemente en dirección del sentido del pelo. No hay que pensar que por cepillar varias veces al día la muda terminará antes, pues la caída de pelo tiene su progreso.
Bañar al perro una vez al mes en otoño también ayuda a remover pelo muerto. Hay que cepillarlo antes del baño y después, cuando esté seco.
Hay que armarse de paciencia porque una pelecha normal de otoño puede durar un par de meses. Si se prolonga más o es excesiva puede deberse a una mala nutrición del animal.
Para esto, es aconsejable dar extrusados o pellet con alto nivel de proteínas (entre 23% y 26% en el caso de los perros) y que incorporen ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 que fortalecen los folículos pilosos para que el pelo invernal crezca fuerte y brillante.
Obviamente, siempre es bueno visitar al médico veterinario cuando la pelecha se prolonga.
