GONZALO PRIETO N.
La tragedia de los incendios en el sur del país ha volcado al gobierno a gestionar la crisis, y al mismo tiempo realizar las evaluaciones correspondientes para iniciar el nuevo año político – legislativo. Se cumplirá un año en el gobierno y se deben sacar cuentas de errores y aciertos, mejorar el rumbo y consolidar cambios responsables y serios que permitan mejorar la calidad de vida de las personas del país, sobre todo en el ámbito económico donde producto de la situación internacional las familias resienten el bolsillo con fuerza.
Es cierto que en Tarapacá las mayores preocupaciones se han centrado en la seguridad pública, y ese tema no puede quedar de lado. Durante las próximas semanas se implementarán y evaluarán las acciones que el gobierno ha realizado para que Tarapacá y el país mejoren sus niveles de seguridad pública. No hay recetas mágicas y lamentablemente la oposición ha tomado distancia de los acuerdos en seguridad. La ciudadanía debiese saber esto con claridad, porque mientras hablan y hacen vídeos por mayor seguridad, se restan en el congreso de apoyar leyes que protejan a la gente.
Pero no todo puede ser seguridad, existen prioridades importantes en nuestra región que deben ser atendidas con mayor eficiencia y mejor gestión. No es novedad las enormes brechas en materia de salud pública, en lo particular la secundaria y terciaría. Nuestro Hospital está colapsado y pese a que el Hospital de Alto Hospicio ya se entregó en su fase constructiva, no parece existir capacidad para implementarlo y abrir sus puertas al público.
El desafió de más de 20 mil familias sin vivienda es crítico. Es por ello por lo que el gobierno ha creado un “Plan de emergencia habitacional”. En la región están comprometidas alrededor de 9000 nuevas viviendas, las cuales contabilizan los proyectos que están en marcha, y por lo cual la tarea es poner en estos próximos 3 años la construcción de otras 6.000 viviendas en la región. Pero el punto aquí no es solamente la voluntad del gobierno, se debe crear una gobernanza entre el mundo privado y público para sacar adelante el desafío, y a nivel legislativo debe haber discusión regional para tener claridad sobre los ejes que permitan tener leyes que impulse la reducción del déficit cuantitativo de Tarapacá.
No hay más tiempo, se acabó el espacio para el aprendizaje. El gobierno debe establecer prioridades sobre la base de su marco programático: seguridad pública, seguridad social y seguridad económica. Siguiendo está lógica entonces la tarea del gobierno en la región es: implementar políticas de seguridad y prevención efectivas que reduzcan el delito, que prevenga en las poblaciones y que combata el crimen organizado. En materia social se debe sacar adelante lo antes posible el Hospital de Alto Hospicio y colocarlo en operación en su máxima capacidad, sin excusas. Finalmente debe haber una agenda de desarrollo económico que promueva buenos empleos y converse con el tejido productivo de la región, no puede haber agenda económica sin acuerdo tripartito entre el gobierno, empresas y trabajadores, no visto desde la competencia, sino como un ejercicio de acuerdo, coordinación y avances concretos.
El tiempo apremia, estamos en el primer ciclo electoral y el próximo año las municipales no darán espacio para avanzar demasiado. Llegó marzo.