@plumaiquiqueña
Lorenzo, el Patrono del pueblo de Tarapacá nació un 31 de diciembre de 230 D.C. Sus padres fueron Orencio y Paciencia, los historiadores discuten el lugar de nacimiento, pero se dice que nació en un pueblo llamado “Huesca», ubicado en los montes aragoneses, España. De niño, Lorenzo era cristiano, muy alegre, servicial, cordial, le gustaba mucho compartir con sus amigos.
Lamentablemente, vivió en una época donde el cristianismo era perseguido salvajemente por el Imperio Romano. En su juventud conoce a Sixto, llegando a ser su amigo personal. Sixto era profesor y le enseño a Lorenzo el verdadero amor a Cristo. Con los años Sixto fue nombrado Papa en Roma y con él, Lorenzo es elegido diácono de su absoluta confianza y benevolencia, cuya función era recoger las limosnas y entregarlas a los más desposeídos. El emperador lo tomó detenido argumentando que debía entregarle todos los tesoros de la Iglesia. Bueno, Lorenzo acató la orden y saben que hizo, trajo consigo a los pobres, enfermos, lisiados y menesterosos, diciéndole, aquí he traído los verdaderos tesoros de la Iglesia. Dicho acto, le costó morir con valentía, quemado en una parrilla.
La devoción por San Lorenzo llegó a Chile con la fe de los españoles al pueblo de Tarapacá. A él se encomiendan los diáconos, mineros y transportistas, es por esta razón, que hoy se celebra conjuntamente el día del Minero. ¡Dios! cuanta historia y religiosidad existe en nuestro norte querido, detrás de cada piedra, vestigio, marca, trazo hay un relato que contar.
Devotos, bailes peregrinos lo llaman cariñosamente el «Lolo» o el «Lolito». Cada 10 de agosto, la fiesta reúne a más de cien mil personas y a más de cuarenta bailes. Los colores de amarillo y rojo visten a músicos, fieles, banderas, sombreros, velas, pañuelos y globos. En la » Rompía del alba «, se refleja el corazón de un pueblo marcado por el dolor, las injusticias sociales, la diferencia de clase, la pobreza y el abandono. Los «curaitos» son los hijos predilectos del Lolito, ellos se aferran con amor a este santo mártir quemado por las llamas. Sienten en lo más profundo de su corazón, que él dio la vida por ellos y seguirlo es un acto de fe, hasta el pueblo con lo puesto, tal cual, con cantos y alabanzas en la quebrada del amor, como una forma de retribuir tanta protección del santo Patrono.
La fiesta ha sido suspendida el 2005, 2020 y 2021. No obstante, la fiesta Patronal se vive y se baila con el bronce tarapaqueño por las calles del glorioso. Cada balcón evoca al Santuario, el Lolo está con nosotros y eso se nota con la emoción derramada de hombres, mujeres y niños. Terremotos, incendios, lluvias, matanzas, banderas negras, y enfermedades han azotado la región nortina desde décadas pasadas, por ende, nuestros orígenes son de lucha, sacrificio y adversidad bajo el sol indómito en el desierto de Tarapacá.
Desde la quebrada del amor, nos saluda San Lorenzo omnipresente con una cascada de colores colgando desde el cielo.
¡Oh!, San Lorenzo, alegras el corazón del peregrino, al ritmo del bombo, te honramos jubilosos con los pies cansados por danzar en tu nombre, en la tierra bendita donde se produce la magia de ser los verdaderos tesoros de la iglesia.
¡Viva San Lorenzo!