septiembre 8, 2024
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06

Jul

Mercado Centenario @plumaiquiqueña

@plumaiquiqueña


mercado centenarioEn el año 1930 fue construido el Mercado Municipal, en la calle Amunátegui donde estaba la Plaza Montt. Los integrantes o locatarios del Mercado antes se ubicaban dónde está en la actualidad Ripley, al frente Plaza Condell y de ese lugar denominado las recovas fueron trasladados a la nueva construcción.

En 1984, el Mercado Municipal deja de ser entidad pública y pasa a manos de privados, por lo cual se crea una comunidad de locatarios quienes adquieren para sí los locales que arrendaban y para la comunidad el resto del edificio.

En la actualidad, plena noche oscura, los restaurantes del Mercado están felices de abrir sus puertas, después de seis meses, lo cual representa una excelente oportunidad para reactivar la economía local. Sin embargo, también es una posibilidad para muchos, volver al romanticismo iquiqueño, es decir, probar pescados, mariscos y sabores del mar al paladar. Soy una iquiqueña forastera, y mis ansias precipitan por ir con ustedes a tomar un refrescante jugo de mango al «Tíos Jugos», almorzar un picante de mariscos en «La Sureña», o bien comprar un congrio colorado fresco para preparar un caldillo endiablado.

Ya no están los fleteros y las carretas de los sesenta, los niños no se cuelgan peluseando en la parte trasera, no existe la fila en el teatro Nacional para ver a la Lamarque, tampoco aparece Chilenito repartiendo ligero las viandas. En los alrededores, desaparecieron el supermercado» La Vega», buses Tramaca y Flota Barrios, » Arte Chino», buses «Zambrano» y ferretería » Mangini».

¡Dios!, que ganas de deslizar la memoria por los azulejos y recordar que años atrás, me empapaba con los vuelos de intrépidos gatos por el suelo. ¡Oh!, mientras mamá compraba los pejerreyes, me iba a jugar al rincón de los juguetes usados, que maravilloso lugar. Mi nostalgia llora por el desierto, brota por abrazar el paseo familiar, pintar mi cara con los colores de mangos; limones, naranjas y guayabas. Solo vislumbro desde la vereda actual a los fruteros de calle Sargento Aldea, la feria Romero, las hierbateras peruanas milagrosas y la ferretería «La Ocasión». Las voces se abalanzan como moscas ofreciendo viajes a Pica, Pozo y la Tirana.

Esta reapertura del Mercado es una gran oportunidad para disfrutar y cuidarnos con responsabilidad. Significa transitar por cada recoveco, abastecer la bolsa con cedrón y hierba luisa, endulzar el corazón y el lonche de las cinco, fijar la atención en la melcocha; turrón de coco, polulo, arroz de colores, fideos, maní, alfajores de Pica y el chocolate Sublime. La puerta principal se abre de par en par, para volver a los cariños de ayer, de la mano de un bolero de Los Panchos. Las escaleras se conservan intactas para ir a almorzar al segundo piso la cazuela del día lunes, un gato negro se atraviesa, que buena suerte tengo, voy llegando, las voces del clan remecen el Centenario, aunque a mí más me gusta decir Mercado Municipal.

¡Nos vemos en el Mercado!, cuando éramos niños, cuando los charcos eran océanos y la muerte no existía. (Benedetti).

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