@plumaiquiqueña
Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer cuyo origen o leitmotiv es la matanza de 120 mujeres obreras en Nueva York, el 8 de marzo de 1857.
Desde niña me ha parecido injusto las conductas como ¡El trozo de carne más grande es para su papá! ¡Siéntese como señorita! ¡Quedó solterona! ¡Cruce las piernas! ¡No ocupe ese puesto porque es de su papá! ¡Las niñas juegan con muñecas y tacitas!
En la Antigüedad, las mujeres no eran consideradas sujetos de derechos, ni ciudadanas, estaban bajo el mandato del padre y luego pasaban al del marido. Eran consideradas objetos de propiedad, e intercambiadas o vendidas. Y tratadas según el humor del varón que la tenía, situación invariable en el tiempo. Mientras que el hombre era el proveedor,
Las mujeres siempre fueron circunscritas al núcleo doméstico como guardadoras del fuego, dedicadas a la maternidad, procreando y criando hijos. Con la Declaración de los Derechos Humanos, las mujeres empezaron a reclamar también sus propios derechos, no obstante, fueron marginadas, silenciadas, perseguidas y en muchos casos, guillotinadas.
A mediados del siglo XIX se inició en Estados Unidos un movimiento por los derechos legales de la mujer. El primer país en obtener este derecho fue Nueva Zelanda, en 1893. Luego Finlandia en 1906, en Inglaterra en 1928, en España en 1931. Los demás países europeos lo consiguieron después de la Segunda Guerra Mundial. En Chile se logró en 1949, donde Elena Caffarena; feminista iquiqueña tuvo una gran participación como impulsora del derecho al voto femenino.
Mujeres Pampinas
En la Pampa del Tamarugal, nació la fuerza, la mujer pampina. Mujeres de nuestro norte, luchadoras, con notoria conciencia social y sindical. Todas han dejado huellas indestructibles, tocando el corazón, resistiendo el rompe ola y avanzando por generar espacios de libertad e igualdad.
Las mujeres pampinas eran trabajadoras, principalmente en el hogar, como dueñas de casa, pero algunas mujeres también mantenían económicamente sus hogares, porque muchas eran viudas y como tales trabajaron como bañeras a cargo de los baños públicos; también como cocineras otorgando pensión a los obreros; como libreteras, llevando los sueldos y suples a las casas de los obreros. También había costureras, que hacían arreglos y cosían las fajas y las cotas. Además, confeccionaban la ropa de los niños pampinos.
Muchas mujeres fueron Pulperas. Las mujeres fueron las encargadas de mantener los hogares. Cocinando, lavando, haciendo aseo y criando a los hijos. Las mujeres éramos las que hacíamos cola o fila en las pulperías para abastecer a la familia; denunciaron muchas veces con sus esposos o los dirigentes obreros, a los pulpos, que se aprovechaban de los precios de los productos, abarrotes o ropas que se vendían en las oficinas salitreras
Destaca Teresa Flores, dirigente sindical, fundadora del primer partido obrero en Chile, actriz, feminista, luchadora incansable al servicio de la clase obrera y la liberación de la humanidad, junto a su compañero Luis Emilio Recabarren, serán los impulsores de esta hazaña. En las páginas del periódico el “Despertar de los Trabajadores” reflejan el trabajo político para difundir y levantar los centros femeninos.
En la época de nuestras abuelas, las mujeres pasaban de criar a sus hermanos a transformarse insoslayablemente en esposas a los 14 y 15 años, con el requisito de ser vírgenes. Se convertían en madres de 10 a 15 hijos, planchando, lavando, cosiendo y cocinando. En la pampa salitrera se daba con creces esta cruda realidad. Los patios estaban atiborrados de mantillas colgando. Estaba permitido que el hombre fuera a un prostíbulo o tuviera una «canita al aire», naciendo otros hijos fuera del matrimonio. Con la fabricación de la píldora anticonceptiva, se fue regulando la natalidad, pero en Chile fue un proceso lento.
Hoy por hoy, el movimiento feminista ha logrado pasos agigantados en la lucha por la igualdad de derechos y obligaciones. Pero aún se vislumbra en el pololeo, la violencia física y psicológica. Creemos como género, que el matrimonio no es nuestro único destino y lo corrobora nuestra poeta feminista Gabriela Mistral, al recalcar el esfuerzo por la instrucción o educación para alcanzar la virtud.
Conclusión
Nada es más violento que un hombre insultando y golpeando a la mujer y al otro día le lleve flores o chocolates. Mientras existan machos abusadores, habrá mujeres que expresen de alguna manera su protesta.
Este día, permitamos abrazar nuestros orígenes de lucha y exigir que nos regalen respeto, validación de roles, buena compañía, admiración, fuerza, consecuencia y determinación en medio de la contienda. Porque para ser mujer, no se nace, se llega a serlo. (Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo)
¡Feliz día mujeres! No más hostigamiento, abuso, violencia, acoso, manipulación; no más muerte… Nunca más, ni una menos.