Hace 35 años. Un 5 de octubre de 1988 dijimos NO a la Dictadura de Pinochet. Fue un momento glorioso en la vida de muchos y muchas.
Me enorgullece haber Sido parte de esa gesta. Sin embargo, hoy me duele sentarme a reflexionar y mirar hacia atrás y ver las cosas que no cambiaron.
Chile, la alegría ya viene era el lema. La alegría efectivamente llegó, pero nos duró poco.
A mí personalmente se me fue borrando desde la famosa frase de don Patricio…»verdad y justicia…en la medida de lo posible».
Se me cayó un poco más la sonrisa cuando comencé a ver caer en democracia a muchos amigos que fueron delatados y que fueron acribillados por la ANI.
Se me desdibujó aún más cuando vi que los chiquillos que habían participado con nosotros en las poblaciones se fueron quedando atrás, marginados, se fueron convirtiendo en operadores políticos (Algunos, los más vivitos diría alguien por ahí) otros montaron sus pymes para panfletear, rayar y repartir flyers (ya no se decía panfletos…suena muy comunista) y se vendieron al mejor postor. Y los otros se sumergieron en el trabajo con narcos…. había que subsistir….
Ya no me reí cuando comencé a ver que todo se volvía reformas y «acuerdos políticos». Cuando comencé a ver lo cómodos y cómodas que se sentían con el modelo económico, con las AFP, con la privatización de la educación. La promesa de que el Peda volviera a la Chile quedó en eso y el acuerdo firmado entre los rectores de «La Metro» y de la «Chile» en qué está última se comprometía a no impartir pedagogías para fortalecer el proyecto político institucional de la UMCE quedó guardado en un escritorio.
Comencé a llorar cuando vi la de destrucción del pueblo Pehuenche y la construcción de Ralco. La manera en que mentían con la vuelta del tren a Puerto Montt. El cierre del diario la Nación, el fin de Fortín Mapocho y la Época. La desaparición de radio Chilena y la transformación en la parrilla de radio cooperativa.
Cuando ganó Piñera… No fue sorpresa… Sí profunda decepción. Volvían quienes supuestamente habíamos derrotado aquel cinco de octubre… Mismos rostros, mismo discurso y muchos salidos del closet político que comenzaron a rescatar «la obra del régimen militar» (el término dictadura sonaba a extremismo de izquierda)
Después volvió por un rato la esperanza… Pero ya no había alegría, tal vez por mi parte un poco de conformismo… Pero nada más.
Soñé que la alegría volvía con el Estallido Social, con el Chile despertó… Y, luego con la Convención Constitucional (hubiese preferido Asamblea). Pero después de todo ese esfuerzo… Pena profunda y decepción supina… Chile no despertó… Se levantó, fue al baño, tomó agua, hizo pipí y se volvió a la cama.
Hoy día 5 de octubre de 2023, solo recordar esa gesta. Pero tengo la sensación (tal vez para muchos demasiado pesimista) de que no hay nada que celebrar.