
Han pasado nueve meses desde que el gobierno entregó el último informe consolidado de homicidios. Nueve meses en los que el país ha seguido enfrentando una crisis de seguridad, pero sin acceso a una estadística actualizada que permita medir con precisión la magnitud del problema. La Subsecretaría de Prevención del Delito, liderada por Carolina Leitao, justifica la tardanza en procesos de validación y revisión, prometiendo que las cifras estarán listas en abril. Pero las preguntas son evidentes: ¿por qué este retraso y quién se beneficia de esta opacidad? ¿Existe manipulación de diferentes informes justo en año electoral y en el momento que se están definiendo los precandidatos a la presidencia?
Estimados lectores este no es un simple problema burocrático, sino una decisión política con claros beneficiados. En el oficialismo, dos nombres suenan con fuerza para la carrera presidencial: la exministra del Interior Carolina Tohá (PPD) y posiblemente el diputado Gonzalo Winter (FA). Ambos representan la continuidad del proyecto del gobierno de Gabriel Boric y, en ese contexto, la seguridad es sin duda su talón de Aquiles.
Si las cifras oficiales de homicidios se han disparado en el último año –como lo sugieren las múltiples noticias sobre crímenes violentos– su revelación dañaría las opciones de Tohá y Winter. Mostrar un aumento en los asesinatos desmontaría el discurso del oficialismo que las políticas implementadas han sido efectivas. El retraso en la entrega de datos les permite, al menos por ahora, evitar que la seguridad sea el tema central del debate público y político, postergando el golpe mediático hasta un momento políticamente más conveniente.
Además, el último informe oficial (junio de 2024, si hace 9 meses) hablaba de una supuesta disminución del 6% en la tasa de homicidios respecto al primer semestre del 2023. Pero estimado lector, pregúntese ¿Qué pasaría si las cifras actuales muestran un repunte? El ocultamiento de estos datos impide que la ciudadanía haga una evaluación realista de la gestión del gobierno en esta materia y protege o blinda a los candidatos oficialistas de un golpe electoral prematuro.
Los invito a realizarse la siguiente pregunta ¿Quiénes son los candidatos que se ven más beneficiados y más perjudicados por la falta de cifras?
Utilicemos ese prisma y se vuelve evidente que, si hay alguien que podría beneficiarse con la publicación inmediata de los datos, es el sector que ha hecho de la seguridad su principal bandera: Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser.
1. Evelyn Matthei, desde la alcaldía de Providencia, ha construido su liderazgo en base a una imagen de orden y gestión eficiente. Si las cifras de homicidios reflejan un aumento dramático, su discurso en favor de una estrategia más dura contra la delincuencia ganaría mayor respaldo. (Incluso la discusión de la pena de muerte).
2. José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, ha advertido repetidamente sobre la crisis de seguridad, denunciando la falta de control en las fronteras y el avance del crimen organizado. Cifras actualizadas que evidencien un deterioro en la situación del país reforzarían su postura y legitimarían su propuesta de medidas más radicales. (Construir un CICOT tipo Bukele o un Elicoide estilo Maduro)
3. Johannes Kaiser, con un discurso frontal contra la delincuencia y el progresismo en seguridad, se vería fortalecido si los datos confirman el fracaso de las políticas actuales. La demora en la publicación impide que tenga el insumo estadístico para hacer sus críticas con cifras oficiales. (Retomar la pena de muerte y retirarse de tratados internacionales de “Tratados que protegen delincuentes”. sic)
Estimado Lector si vemos el panorama y su contexto completo, la falta de transparencia beneficia a quienes buscan ocultar los efectos de su gestión y perjudica a quienes han advertido sobre la gravedad de la crisis.
Ahora bien, hagámonos la siguiente pregunta ¿Tenemos los ciudadanos el derecho a conocer la verdad?
Siendo Chile un país con políticas de “Gobierno Abierto y transparente”, claro que sí. Pero hay que ver más allá de los intereses políticos, la seguridad es un problema real que afecta a millones de chilenos, pero no de manera transversal, como nos han querido hacer creer, la delincuencia afecta mayormente a las clases sociales más bajas y clases medias, donde se concentra la mayor cantidad de Delitos e Incivilidades, siendo este menor el más clases sociales más acomodadas, donde pueden acceder a guardias y a guardaespaldas (Si hay ciudadanos que realizan su vida con guardaespaldas, para evitar secuestros. Sume el aumento en chile de vehículos blindados. ¿Quién necesita un vehículo blindado? “Quien traslada un tesoro”).
Cada día que pasa sin la entrega de cifras actualizadas es un día en que la ciudadanía carece de información clave para evaluar a sus autoridades. Si el gobierno cree que puede retrasar indefinidamente la publicación de estos datos sin consecuencias, se equivoca. El país necesita respuestas, y en democracia, la verdad no debería ser rehén de las conveniencias electorales.
Estimados lectores, terminare esta columna citando a dos grandes actores políticos uno el pacifista, político y pensador Mahatma Gandhi “Mas vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira” y al novelista, periodista y ensayista George Orwell “En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario” … y esa revolución debemos liderarla nosotros, frente al Estado.