Con la mayor exposición al sol, proteger la salud visual es crucial. La radiación UV no solo daña la piel, sino también los ojos, aumentando el riesgo de cataratas y degeneración macular. Osvaldo Berger, oftalmólogo de Clínica INDISA, destaca la importancia de usar anteojos de sol con filtros UV, incluso en días nublados.
Comprar lentes en la calle puede resultar perjudicial. Muchos de estos productos no cumplen con las normativas de calidad y no ofrecen la protección necesaria contra la radiación UVA y UVB. Aunque oscurecen la visión, no bloquean adecuadamente la radiación, lo que puede provocar la dilatación de la pupila y permitir que más radiación ingrese al ojo, aumentando así el riesgo de daños severos.
Entre los principales riesgos de usar lentes de sol de baja calidad se encuentran:
– Quemaduras en la córnea: Los lentes que no filtran adecuadamente los rayos UV pueden causar queratitis actínica, que son quemaduras solares en la córnea.
– Cataratas: La exposición prolongada a la radiación UV sin protección adecuada puede acelerar la formación de cataratas, que pueden requerir cirugía.
– Degeneración macular: Esta es una de las principales causas de ceguera en personas mayores, y puede ser agravada por la exposición constante a los rayos UV.
– Pterigión: Un crecimiento anormal de tejido en la córnea que puede afectar la visión.
Se recomienda seguir estas pautas para prevenir daños oculares:
– Verificar que los lentes para sol cuenten con certificación de filtros UV que bloquean el 100% de la radiación ultravioleta (UVA y UVB).
– Revisar que los lentes tengan sellos de autenticidad y etiquetas que certifiquen su protección UV.
– Comprar lentes en ópticas autorizadas y evitar los comercios informales.
– Preferir modelos envolventes que eviten el ingreso de luz solar por los costados.
– Recordar que los vidrios más oscuros no siempre protegen más.
Además, la combinación de sol, agua y arena puede intensificar la irritación ocular, provocando sequedad y molestias. Es importante usar gorros de ala ancha, buscar sombra y, si se presentan problemas de sequedad, utilizar gotas para mantener una hidratación ocular adecuada.
Los niños y las personas que usan lentes ópticos deben tener especial cuidado. Los ojos de los niños son más sensibles a los rayos UV y deben estar protegidos con gafas y sombreros desde una edad temprana. Los usuarios de lentes ópticos deben asegurarse de que sus gafas tengan protección UV certificada.