Quizás para que pasara piola, la mañana de este sábado la Nunciatura Apostólica en Chile informó este sábado que el papa Francisco (Pancho) aceptó la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati. En su reemplazo en la arquidiócesis de Santiago de Chile se nombró a monseñor Celestino Aós Braco.
Ezzati está siendo investigado por la justicia por eventual encubrimiento de abuso sexual. En ese contexto, durante las últimas horas la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó una solicitud de sobreseimiento parcial y definitivo presentada por su defensa.
Desde hace meses, el cardenal era cuestionado por víctimas, laicos y la opinión pública por la forma en cómo enfrentó la crisis en la iglesia y no emitir posturas claras en torno a las acusaciones de abuso sexual que pesan sobre sacerdotes.
Quién es Celestino Aós Braco:
Nació el 6 de abril de 1945 en Artaiz, Navarra (España). Cursó la enseñanza básica y media en la Escuela Nacional mixta de Artaiz.
El 16 de agosto de 1955 ingresó como aspirante en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en su tierra natal. Entre 1960 y 1963 realizó los estudios filosóficos en Zaragoza. El 14 de agosto de 1963 ingresó al noviciado de Sanguesa, realizando el 15 de agosto de 1964 la primera profesión religiosa. Entre 1964 y 1968 completó los estudios teológicos en Pamplona, donde el 16 de septiembre de 1967 hizo su profesión perpetua.
El 30 de marzo de 1968 fue ordenado sacerdote por Mons. Ignacio Larrañaga, O.F.M.Cap. Después de la ordenación sacerdotal fue educador y profesor en Lecaroz y vicario en Tudela (Navarra).
Entre 1972 y 1980 hizo cursos de especialización en la Universidad de Zaragoza y después en la Universidad de Barcelona, donde obtuvo la Licenciatura en Psicología. Entre 1980 y 1981 frecuentó la Pontificia Universidad Católica de Chile, gracias a una beca internacional de investigación en Psicología. Tras regresar a España, fue profesor en Pamplona y, posteriormente, vicario cooperador en Zaragoza.
En 1983 fue destinado a la Provincia de Chile: fue nombrado vicario parroquial en la parroquia de Longaví (diócesis de Linares), confiada a los Padres Capuchinos. En 1985 fue elegido Superior de la comunidad capuchina de Los Ángeles (diócesis de Santa María de los Ángeles).
En 1995 fue nombrado párroco de la parroquia San Miguel en Viña del Mar (diócesis de Valparaíso), siendo además Superior de la comunidad de la Orden de la Frailes Menores Capuchinos en el sector de Recreo, en Viña del Mar.
Durante sus años de ministerio en la diócesis de Valparaíso ejerció el cargo de vicario episcopal para los institutos femeninos de vida consagrada y fue miembro del Consejo Episcopal.
Desde el año 2008 fue vicario parroquial en la parroquia San Francisco de Asís en la diócesis de Santa María de los Ángeles.
Entre otros cargos que ha desempeñado, ha sido tesorero de la Asociación Chilena de Derecho canónico; promotor de justicia en el tribunal eclesiástico de Valparaíso; psicólogo y juez en el tribunal eclesiástico interdiocesano de Concepción; miembro de tribunales especiales para estudiar procesos históricos en causas para beatificación y canonización, entre ellos le correspondió estudiar el milagro para la canonización del sacerdote Alberto Hurtado.
El 25 de julio de 2014 el papa Francisco lo nombró Obispo de la diócesis de Copiapó. Fue consagrado obispo por mons. Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico, el 18 de octubre de 2014, fecha en la que tomó posesión de la diócesis de Copiapó.
Entre los encargos que le ha confiado la Conferencia Episcopal, el obispo Celestino Aós es miembro de la Comisión Episcopal de Relaciones con CONFERRE (Conferencia de Religiosas y Religiosos de Chile) y presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Presbiteral, organismo del área Agentes Evangelizadores.
El 23 de marzo de 2019 el Santo Padre lo nombró Administrador Apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de la arquidiócesis de Santiago de Chile, tras aceptar la renuncia presentada por el cardenal Ricardo Ezzati.
Rol del administrador apostólico y sedes vacantes
Un administrador apostólico es un obispo o un presbítero nombrado por el Papa para administrar una diócesis que se encuentra en situación de sede vacante, es decir, sin su obispo o arzobispo residencial.
En este caso particular, se trata de nombramiento para una sede vacante “a voluntad de la Santa Sede” (ad nutum Sanctae Sedis) y hasta que el Papa provea un nuevo arzobispo para el gobierno pastoral de la arquidiócesis.
El administrador apostólico goza de derechos y obligaciones semejantes a las del obispo residencial, con algunas excepciones que determina el Código de Derecho Canónico.
Con este nombramientos, de las 27 jurisdicciones eclesiásticas, nueve de ellas se encuentran en situación de sede vacante y a cargo de administradores apostólicos: San Felipe, Valparaíso, Santiago, Rancagua, Talca, Chillán, Valdivia, Osorno y Puerto Montt.
Fuente: Nunciatura Apostólica – Comunicaciones CECh