Cada domingo de pentecostés los habitantes y peregrinos celebran la festividad religiosa del Señor de Mamiña, una centenaria actividad que se desarrolla en el poblado ubicado a 120 kilómetros al interior de Iquique.
MARISOL MUÑOZ ROJAS
La historia de la festividad, según recuerda el párroco del Decanato Andino, Argimiro Aláez, en una publicación de la Universidad Central, que “en los tiempos del salitre, trabajadores iban al Santuario de Sipiza en la quebrada de Aroma a cantarle al Señor de Sipiza. En 1875 uno de ellos, un arriero mamiñano llamado Ernesto Bacián, bajó a la pampa para vender verduras, pero a su vuelta, mientras subía empezó a ser llevado por una crecida de río y como buen devoto le prometió al Señor de Mamiña que si lo salvaba le haría una fiesta en su pueblo”.
Tobas, Sambos Caporales, Morenada, Llamerada, Chunchos y Pastores, todas sociedades apellidadas “Devotos del Señor de Mamiña” danzan por horas en el poblado andino.



