La mayoría de las veces cuando preparamos un platito para echarle a la guatita, no somos conscientes de que hay una manera mejor de prepararlo o de que lo estamos preparando mal, directamente. Aquí encontrarás algunos consejos para que esto no te pase y aproveches todas las propiedades de los platos que preparas.
Tomate
El tomatito es el producto rey para preparar estos platos, junto con otros productos como la lechuga, el maíz o los frutos secos. Pero ¿Lo estamos aprovechando al máximo? Los tomates tienen unas grandes propiedades pero se incrementan aún más cuando los cocinamos. El licopeno o el fitonutriente, responsables de sus propiedades anticancerígenas y protección cardiovascular, se aprovechan mejor cuando el producto está cocinado. Unos tomates al horno, serían una receta perfecta, por ejemplo.
Brócoli
No es precisamente un vegetal atractivo, pero sí muy nutritivo. La mejor manera de aprovechar todos los nutrientes que tiene el brócoli es comerlo al vapor, como pasa con cualquier verdura. Es la mejor manera para que no se pierdan sus antioxidantes, su vitamina C ni su clorofila. Al cocerlo o al freírlo, por el contrario, se pierden absolutamente todas sus propiedades y hornearlo podría ser una opción medianamente buena.
Ajo
Al contrario de los productos anteriores, el ajo consigue mantener todas sus propiedades naturales cuando se deja expuesto al aire durante unos minutos. Por lo tanto, antes de añadirlos a cualquier plato que queramos preparar, debemos pelarlos, cortarlos y dejarlos al aire durante unos 10 minutos. Así aprovecharemos mejor la alicina, con efectos anticancerígenos. Ojo, pero no puedes salir a pololear.
Legumbres y cereales
Este tipo de productos contienen unos componentes denominados fitatos y unos compuestos antioxidantes que, al ingerirse durante las comidas se unen a las vitaminas e impiden que éstas penetren durante el tránsito digestivo. Por ello, lo que se debe hacer para evitar que esto ocurra, es meterlas en agua y dejarlas reposar durante unas horas antes de cocinarlas. Así, además de evitar lo que se ha mencionado, se digerirán mejor durante la digestión.
Fresas
Las múltiples maneras que tenemos de preparar unas fresas son infinitas. Lo que no sabemos, es que, precisamente no hay que hacerlas nada, ni siquiera cortarlas. Al cortar esta fruta estamos dejando que se oxide y de esta manera se están perdiendo muchos de sus nutrientes. Y, de la misma manera, prepararlas con azúcar y leche o solo azúcar es otro error. La mejor forma de comer fresas es tomarlas tal cual, sin cortar, así se aprovecharán todos sus antioxidantes y su vitamina C.
Yogurt
El mayor dilema cuando comemos yogur es, ¿qué hacemos con ese suero que siempre tienen en la superficie? Pues ese líquido, que muchos tiramos, es el que contiene proteínas, vitamina B12 y minerales como el calcio o el fósforo, en definitiva, es una de las partes más nutritivas de este producto. Lo que hay que hacer es mezclarlo con el resto del yogur y tomárnoslo, anda de tirarlo o de beberlo antes que el yogur. Y también decir que es preferible tomar el yogur solo que añadirlo a cualquiera de nuestros platos.
Carne a las brasas
Un plato tan atractivo como nutritivo y seguro que por mucho que nos guste y que lo hayamos cocinado, algo haremos mal. Sobre todo tenemos que tener muchísimo cuidado con la temperatura a la que hacemos la carne. Eso de que la parte quemada de los alimentos tiene cáncer en este caso es muy real. Esa parte negra que se forma en la carne al hacerla demasiado contiene aminas heterocíclicas, unos compuestos químicos cancerígenos.
Fuente informe 21