El caso Audio-Hermosilla que hoy se ventila en los Tribunales ha sido como un asteroide gigante que sacudió las estructuras del poder político y judicial. En suma, el país se sacudió desde Arica a Punta Arenas. Las graves consecuencias de su impacto en nuestra democracia capitalista, todavía es prematuro dimensionarlas en su totalidad y en forma exacta.
Antes de proseguir con algunas ideas, quiero abordar estos hechos desde la perspectiva del sentido común y ciudadano. Creo que los profesionales del área, académicos y abogados, son los más autorizados en exponer sus puntos de vistas y fundamentar los delitos que sobrepasan el ámbito de su actividad profesional en operaciones de alto nivel administrativo, político y judicial del país.
Trataré de ser lo más objetivo posible. Las responsabilidades son individuales y trascienden en esa perspectiva. Tenemos hasta el día de hoy acciones y procedimientos en marcha desde el Ministerio Público, en La Corte Suprema, en la Cámara de Diputadas /Diputados, el Consejo de Defensa del Estado. Por último, el Gobierno del Presidente Boric, anuncia próximas medidas legislativas en torno a corregir la forma de los nombramientos de autoridades judiciales (veremos cuales son).
Desde que se hicieron públicas las filtraciones de Audios, hasta nuestros días, ha pasado bastante agua bajo el puente. Todos los medios de prensa: escritos, radiales y televisivos, han dado cobertura periodística al caso Audio-Hermosilla. CIPER, (Centro de Investigación Periodística) nos ha remecido con noticias y reportajes del caso. Sacando a la luz muchos antecedentes que almacenaba Hermosilla en su celular. El informe en que se transcribieron las conversaciones por WhatsApp del abogado. Un informe con más 770 mil páginas, constituyendo la base de las investigaciones que lleva adelante el Ministerio Público.
En síntesis, hoy el Abogado penalista Hermosilla permanece en prisión preventiva. Esta imputado por la Fiscalía, junto a Leonarda Villalobos por soborno, cohecho, tráfico de influencias, lavado de activos, y delitos tributarios. En términos populares, corrupción a la carta.
Amigos lectores y lectoras, cada cierto tiempo, desde noviembre del año pasado, estamos conociendo nuevas personas que de algún modo se encuentran en la red de conexiones donde el mencionado Abogado les prestó sus servicios.
Lo peor de todo es que utilizando la misma institucionalidad del Estado, actuando irregularmente con inteligencia de instintos individualista, no titubeó o dudó en socavar los procedimientos regulares y legales, sin ninguna clase de ética y moral, con tal de conseguir sus perversos designios antidemocráticos.
Una pregunta al calor del árbol caído. ¿Somos ciudadanos condenados a devorarnos entre nosotros y vivir como si fuéramos animales hambrientos?
Una cosa es cierta. Hermosilla, es la muestra y ejemplo de una estructura de sociedad en crisis. ¿Dónde quedaron los valores de nuestra querida República y de sus grandiosas Instituciones que dirigen los destinos de nuestro Estado?
Parecen seres sorprendidos, cuando en realidad en su conjunto, son los directos responsables de vivir estas tristes realidades. Las cosas son como son y no necesitamos ser hipócritas. Todas estas situaciones eran conocidas en el ámbito del derecho; político, religioso, económico y judicial. No seamos tontos graves. Por duras que sean mis apreciaciones, en esa dialéctica, puedo sostener que nos quedamos subestimando los movimientos sociales que nos impulsaban al verdadero desarrollo del siglo XXI.
El caso Audio-Hermosilla, es una caja de sorpresas. Son varias las personalidades que han salido a luz pública. Recordemos los vínculos con el ex Director Nacional de Investigaciones (PDI), Sergio Muñoz. La misma Corte Suprema toma medidas severas en contra de una de sus integrantes, Ministra Angela Vivanco. El turno le llegó al ex Ministro del Gobierno de Sebastián Piñera, Andrés Chadwick, por varios litigios defendidos y relacionados con Hermosilla. Ahora, la ex ministra de Educación, Marcela Cubillos, ganaba 17 millones de pesos mensuales como docente de la Universidad San Sebastián. Un tremendo escándalo político en la derecha, toda vez, que es candidata a la Alcaldía por las Condes.
Los que son más amigos de conocer los detalles, pormenores y de cada rutina, de las personas involucradas en estos casos, creo que se darán un festín. También, no sería extraño que se extraviaran en tantos nuevos capítulos de corrupción. Es mucho mejor preocuparse de los asuntos de fondo. ¿Cuáles son estos asuntos? Según lo pienso, pueden ser los siguientes:
1º. Perfeccionar la designación de autoridades Judiciales. Lo cual, no es sinónimo de hacerla cautiva del poder político. Profundizar su autonomía e independencia como poder del Estado.
2º. Ampliar el campo de las postulaciones a los diversos cargos, a tal punto, que tengan participación, todos/todas, los profesionales del sector, egresados de una Universidad con la especialidad de Derecho. Haber ejercido la profesión. Es decir, pueden participar quienes, así lo desean.
3º. Más que cueteo políticos y de componendas partidarias políticas, su designación sea por “sorteo”. Nada del otro mundo. Así, lo hicieron los griegos en los pasados de nuestra civilización humana.
4º. Todos/todas, los que tienen cargos de Justicia, saben muy bien que están sujeto al control ciudadano. Sujetos a remoción cuando existan méritos para cambiarlos y sancionarlos por medio de un mecanismo democrático. Es lógico, mantener la Acusación Constitucional (AC), tal como sucede hoy. En la Cámara de Diputadas y Diputados se legislaba extender esta AC, a los Gobernadores Regionales. La Contraloría General de la República, pudiera hacer de Ministro de fe, para certificar el “sorteo” (Kino) del profesional ganador/ra.
Reflexión. El sistema de selección para ocupar cualquier cargo dentro del poder judicial debiera ser, sin intervención del poder político.
Esta es la mejor oportunidad que tiene Chile para terminar con algunos males que se arrastran desde la época de nuestra Independencia. Estamos en tiempos de elecciones y por favor no “chacreamos” el templo de la democracia con discursos ideológicos de extrema derecha y de un enfrentamiento estéril con el oficialismo (izquierda/centro). El hemiciclo parlamentario no debiera bajar su nivel intelectual. Basta de perder el tiempo y recursos del país…Sean serios. Las Acusaciones Constitucionales (AC) no van a cambiar las cosas de fondo. ¿Nos entendemos? Hay que hacer política que nos enaltescan y no para agredir la dignidad de las personas. Con todo respeto, los Republicanos están fuera de “tiesto”. Gracias.