ANDRES VILANOVA
Ir a cobrar un documento a un banco, para hacerlo platita constante y sonant,e es una odisea, en especial cuando hay un fin de semana largo como este. El viernes pasado en el BCI de Tarapacá con Lynch, como de costumbre había solo dos cajas para atender a los “no clientes”.
Ni les encargo la cara de las pobrse y sufridas cajeras cuando miraban el número de “no clientes” que estaban en las largas filas, que a vuelo de pájaro eran unas 150 personas, a las 13.45 horas.
Bueno, el trámite para llegar a ser atendido duró aproximadme una hora y quince minutos. Durante ese lapso se desmayó una buenamoza cliente, la que fue atendida por los guardias de seguridad. Mientras el jefe de cajas, no de las bandas, miraba casi sin sentimiento a los pobres “no cliente”, que con calor (no hay aire acondicionado) esperaban, chateando en sus celulares, mirando al cielo, otros resoplando como si de esta forma fuera más rápida la atención.
Los bancos no tienen el perdón del Pulento, ya que su atención es pésima, incluyendo el tema de los cajeros automáticos, algo que no se compara con las ganancias millonarias que arrojan los balances anuales.
Aprendan de Aguas del Altiplano y Eliqsa, cuya duración del pago por caja de las cuentas no demora más de cinco minutos.