EL MARTILLO
En esta época estival, es bueno salir a caminar en las noches, una para capear el calor y otra para aprovechar el ambiente veraniego de la ciudad, en este contexto uno se encuentra con varias amistades y conocidos, fue en este sentido que me topé con un antiguo iquiqueño y como sabe que me gusta las comunicaciones, me comento “En estos días de descanso, deje de escuchar algunas radios en Iquique y la verdad que he descansado de cahuines y desprestigios personales”. Situación que me sorprendió, porque este amigo iquiqueño, es muy asiduo a escuchar radios y me intereso el tema.
Por eso me animé a escribir estas letras y entendiendo al vecino, me puse a escuchar un poco de radios locales y la verdad que sorprende el nivel de descontento o descalificación sobre el sistema institucional de algunos locutores radiales, sobre todo en los programas de las mañanas. Parece que existe un estilo ya instaurado de descalificar, hasta depresivo, siempre se resalta lo negativo, se da rienda suelta a la denuncia sin filtro, no hay identidad o contenido propio entendiendo que los diarios locales le dan la pauta, y se caen rápidamente al cahuín, luego de encontrándole la razón a mi amigo iquiqueño.
Ahora cada medio de comunicación y en este caso la radio en Iquique tiene derecho de elegir su línea editorial, junto a la forma de su financiamiento, pero hay que considerar que es un medio de comunicación que llega un alto nivel de “clientes” al cual se le esta dando información en forma permanente, por lo tanto, no se puede prestar para encontrar todo malo. La verdad que este iquiqueño tiene algo de razón, si uno comienza a sintonizar el dial de radios en Iquique, algunos programas mañaneros son realmente paupérrimo en el nivel de sus contenidos.
Solo abordan temas políticos y se guían por lo que salen en los diarios locales, NO proponen o entregan temas propios.
Hay que señalar, que existen honrosas excepciones de programas y radios locales que entregan un buen contenido de temas y se esmeran en acompañar e informar al oyente durante el día.
Si uno aplicase lo que señala el antiguo iquiqueño, realmente se descansa la mente y los oídos de escuchar tanta desinformación y liviandad en abordar los temas, sumándose a dar espacio a pelambres, sobre todo, dándole mucha credibilidad a lo que se publica en redes sociales.
En este tema, me recordé de un comentario que me hizo un amigo que estuvo de visita en esta época estival en Iquique, que me pareció adecuado en este contexto, además porque esta persona es doctor en comunicación, y sabe del tema, comentándome lo siguiente, “amigo mío, he escuchado las radios de esta ciudad y me sorprendió la poca sustancia que tienen, es decir el bajo contenido de sus programas, existen dos o tres radios que están con la agresividad a flor de labio, tristemente no se le está sacando el potencial que tiene la radio como medio de comunicación, se habla mucho de política local, se fomenta la desconfianza, y existe poca variedad en este estilo radial , es decir hay poca creatividad y consistencia en los temas informativos, que deberían ser propios.
Por otra parte, hay muchos temas que se sacan de las redes sociales, lo que demuestra la poca capacidad de innovación en el ejercicio de las comunicaciones. Los que estamos inserto en este mundo sabemos que la redes social son poco confiable. Por eso llama la atención que un programa informativo (como dice llamarse) le de tanta prioridad a este tipo de formato”.
Después de este comentario, solo me queda realizar el ejercicio de cambiar el dial y buscar algo de mejor calidad y que armonice mis oídos al momento de escuchar radio en Iquique (sobre todo en las mañanas)