Rodrigo Bustos Bottai, Director Ejecutivo de Amnistía Internacional Chile
El 4 de septiembre la ciudadanía decidirá si aprueba o rechaza la nueva Constitución. Desde Amnistía Internacional llevamos años diciendo que Chile necesita una nueva carta magna, pues la actual no reconoce varios derechos e incluso, en ocasiones, obstaculiza el disfrute real de los mismos. Después de un análisis del nuevo texto constitucional, podemos afirmar que la nueva propuesta reconoce los derechos fundamentales como ninguna otra en nuestra historia.
Muchas de las demandas que se alzaron tras el estallido social tienen relación con los llamados derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (DESCA), y lo esperable era que la nueva Constitución recogiera esas exigencias a favor de mayor dignidad y justicia. Y la verdad, es que la nueva propuesta reconoce de manera robusta aquellos derechos sociales, lo que se demuestra en temas como acceso a la vivienda, pensiones, trabajo decente, educación, salud y derecho al agua. En materia ambiental, Chile pasaría a tener la primera Constitución ecológica del mundo, con una nueva mirada de la relación con la naturaleza que nos pone a la vanguardia para enfrentar los desafíos del cambio climático.
Por si todo ello fuera poco, la nueva Constitución se haría cargo también de abordar derechos de las mujeres y acoge a personas pertenecientes a grupos tradicionalmente discriminados, como ocurre con las disidencias sexuales y de género, pueblos indígenas, niños, niñas y adolescentes, personas con discapacidad, personas adultas mayores, personas migrantes y refugiadas y personas privadas de libertad. En ningún caso se trata de establecer privilegios, sino de emparejar la cancha.
Estos son sólo algunos de los motivos por los que desde Amnistía Internacional tenemos clara nuestra posición y hemos decidido ponernos en la vereda de la dignidad para avanzar hacía una Constitución de derechos. La nueva Constitución es un punto de partida para construir ese camino de mayor igualdad. Aprobar es humano y es la puerta a una sociedad más justa y solidaria.