JOSE CANCINO NUÑEZ Hoy somos testigos de cómo se quiere buscar censurar a los medios de comunicación con el anunció de una querella contra la revista Qué Pasa, que hace unos días publicó las transcripciones de unas conversaciones telefónicas del operador político de la UDI, Juan Díaz, donde salpicaba a la Presidenta Bachelet en el “Caso Caval”. Si la revista hizo bien o mal en publicar esas conversaciones interceptadas por el 0S-9 de Carabineros, no es tarea de este medio iquiqueño, pero si llama la atención que en otros casos de filtración ninguno de los “afectados” hizo presentaciones judiciales. Salvo en Iquique tenemos el caso de los “Wasap” de los PS, que lideraba el senador Fulvio Rossi, quien en un intentó frenar sus publicación y presentó unan acción en la Corte de Apelaciones de Iquique, que rechazó el escrito. Por eso llama la atención que la Presidenta, con su alta investidura intente asustar a otros medios a publicar documentos que dejan en evidencia de lo mal que esta la clase política chilena. Gracias a las filtraciones de han conocido casos que han impactado en la opinión pública. El aporte de la investigación periodística ha dejado al desnudo los casos de colusión, la entrega de platas a las campañas políticas. Qué se pretende con esto, crear una ley no escrita, tipo mordaza a los medios de comunicación. Es necesario que la clase política sepa que los medios, en especial los independientes siempre viven al borde de la cornisa, con presiones de todo tipo para no publicar denuncias en investigaciones sobre casos de corrupción. El Sol de iquique en ocho años de vida ha recibido anuncios de querellas, llamados telefónicos con amenaza veladas y muchas veces comentarios a nuestros colaboradores sobre el retiro de publicidad. No es fácil hacer un diario digital que no sea de Gobierno, ni de la oposición, ni de los grupos políticos locales. Acá le hemos dado como bombo a todos los sectores políticos, desde el sorismo, pasando por la Derecha, ahora llamada Vamos Chile, al Gobierno, el sector del senador Fulvio Rossi. Pero eso no significa que nos harán bajar la guardia. Lo que sí es preocupante que la máxima autoridad de la Nación se querelle contra un medio, que publicó conversaciones de un señor que acusa, a lo mejor, a voleo, pero es algo que aún se investiga. Sabemos que no nos gusta compararnos con otros países, pero esto podría ser el comienzo que lo que sucede en Venezuela, con los medios que se atreven a decir otras verdades. Verdades que duelen a los políticos, que afectan a una población informada y con ganas de ejercer el derecho a reclamar a una clase que apoderó de la política.]]>