Un 8 de noviembre, después de deambular por tercera y segunda división, un grupo de jugadores devolvió la gloria a la Tierra de Campeones.
En un estadio improvisado, levantado en La Pampilla de Coquimbo, y con sólo 500 hinchas celestes, Municipal Iquique (llamado así en ese entonces), saltaba al campo de juego con la misión de devolver al cuadro Dragón a la primera división, después de largos 6 años de estar en tercera y segunda división.
Edson Puch había sido el héroe en el primer partido jugado a estadio lleno en el “Tierra de Campeones” marcando los dos goles en el triunfo por 2 a 1. En la vuelta, Puch abría el marcador, pero cerca del final los coquimbanos lo ganaban por el mismo marcador de la ida.
Así, todo se debía definir por penales. Comenzó errando Felipe Flores para los de la cuarta región, y en Iquique no falló nadie, anotando el último de la serie el capitán Rubén Taucare. En la capital de Tarapacá todo fue fiesta, y los Dragones volvieron a primera división después de un lustro de sufrimientos y penurias.