abril 19, 2025
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Abr

Revista Estadio N°1.913 miércoles 9 de abril de 1980 | “Iquique ya se metió en el corazón de todos”

Los nortinos le ganaron a la «U» con un esquema adecuado y los trazos de su futbol agresivo, disciplinado. pleno de sacrificio y potencia física. Ahora viene la final con Colo Colo, pero ningún resultado desmentirá que…

Iquique ya se metió en el corazón de todos

Por IGOR OCHOA

Esto de Iquique… ¿será hazaña? … después de ganarle a Aviación superando un 0-2 transitorio o de triunfar en dos partidos consecutivos sobre O’Higgins. más de alguna razón había para creer en los nortinos. Pero como en las especulaciones siempre pesan más los nombres.

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Iquique aparecía como mera comparsa. A ver, si por ahí podía ganarse un pedazo de gloria con una actuación digna. Al menos así lo veían todos, incluido los hombres de la «U»… Y ahí está la primera gran razón para explicar esta «hazaña» que no es tal: Iquique tenía recursos que poner sobre la mesa, pero como los mismos pertenecen al futbol que se juega y no al que se dice, los disfrazó con un ropaje de humildad que favoreció al cabo su inteligencia. Porque los equipos que se nutren de un esquema astuto y tienen la decisión y el físico como para interpretarlo sin pausas, durante todo el partido. habitualmente triunfan. Y lo de Iquique nació antes que todo en la mente. En la de su técnico. que en vista del  desgaste de la semana mató más conservadoramente al equipo y en la de los jugadores, que se adecuaron a las circunstancias. Pero no perdieron el sentido de su entrega física y espiritual.

Y es que a este Iquique de Ramon Estay no le molesta el mote de que es un equipo «corredor». Al revés de otros. Este Iquique corre bien la cancha, tiene más serenidad que cuando ganó el Ascenso y, por sobre todo. junta varios hombres que no están en la fama ni en el elogio repetido y que van tras una revancha personal con todo lo que eso significa como motivación.

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Así, Campodónico, ubicado en el centro de la zaga, repite las actuaciones de 1975 en O’Higgins, cuando su potencia y justeza en los cruces sedujo a la gente de Palestino, que al final nunca lo aprovechó. Al lado de él, un Maluenda madurado, ganador por arriba y sin esas vacilaciones de sus comienzos. 0, en Sasso, un delantero promisorio en la «U», Católica. Ovalle y Cobreloa, que dedicado ahora ciento por ciento al futbol adquirió responsabilidad y encontró en la marca lateral su mejor destino, al punto que Hoffens jamás pudo superarlo. Similar caso el de Dávila, otro que anduvo sin éxito por Colo Colo y Católica, que paso por Ovalle y Coquimbo más como pieza táctica que otra cosa. Y ahora en tres partidos decisivos marco cinco goles. algunos similares al del domingo: verdaderos golazos. Todos ellos. unidos a jóvenes como Arriaza. Sánchez, Carreño y a buenos jugadores como los volantes Sauvegot y Ponce de Ferrari, a los chispazos del brasileño Gega (hermano de Adilson) y a un arquero inspirado como Acao, dieron el domingo una lección en el Estadio Nacional. No porque en el análisis más fino hayan sido muy superiores a la «U», pero si por la sabiduría para hacer caer a su rival en la trampa defensiva, ganarlo en las disputas más atléticas y no perder un minuto de su fiereza.

El tiempo dirá hasta dónde llega Iquique. pero ya hoy podemos decir que «puede ganarle a cualquiera». porque el técnico sabe aprovechar las condiciones de sus hombres y estos responden sin aburguesamientos ni comodidades. como juegan por lo demás todos los que se ligan a esa tierra de luchadores.

ACAO Y LAS PENAS DE LA «U»…

El domingo durante cuarenta y cinco minutos Universidad de Chile dispuso de tiempo y terreno para dominar. acercarse (nada más que eso) al área rival y dilapidar al fin su mejor trabajo de esa fase. Iquique no podía salir a marcar a presión y se distribuyó en su propio campo ocupando los espacios, apretando a los volantes, especialmente a Socias. Cuando pasaban con pelota dominada y matizando con algún contragolpe por la vía de Ponce de Ferrari. A veces el acoso de los delanteros iquiqueños sobre la salida de Quintano, Bigorra y Ashwell complicaba la gestión azul. pero no era un asunto coordinado. ya que los volantes se manejaban más atrás y entonces la «U» avanzo sin herir. Se estableció en territorio enemigo, pero dejó pasar los minutos sin acelerar. como si estuvieran convencidos sus jugadores de que a la larga el gol iba a llegar…

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En ese lapso la «U» solo tuvo algún desborde de Salah como variante para los arranques frontales. ya que por el otro sector Sasso le ganaba en todos los aspectos a Hoffens. El único que subía libre era Mosquera. muchas veces confundido por la ausencia de receptores a quien pasarles la pelota y no muy decidido para seguir el mismo.  «U» tuvo dos ocasiones para haber concretado en números su trabajo. Una en el tiro libre de Montenegro que golpeo el travesaño y la otra en el zurdazo de Socias tras centro de Salah que Maluenda rechazo en la línea entre brazo y pierna, motivando la reclamación azul. Y empezando el segundo tiempo Iquique cimento su y victoria y la «U» su calvario.

A los siete minutos, Dávila, aprovechando un contragolpe,  se fue raudo hasta el campo azul. supero el foul de Aránguiz y anotó el gol con suave toque por sobre Carballo… Un gol de neto contragolpe. tanto que los azules que llegaban fueron Aránguiz. Socias y Ashwell. El resto de los zagueros estaba «jugado» en el terreno de Iquique. buscando el tiro libre previo de Montenegro. Como repite frecuentemente Fernando Riera. “Córner de nosotros. gol de ellos” . Y conste que acompañando a Dávila llegaban otro tres iquiqueños…

Después de eso la «U» tomo todas sus banderas y se fue en un ataque sin pausas, con Quintano situado prácticamente de ariete. Desde la banca además salió el brasileño Braulio para reemplazar a Montenegro, que no era de los peores, y el recién ingresado demoro mucho rato en acomodarse a ese vértigo de pelotazo y pierna dura que se vivía en el área nortina. La «U» encontraba un equipo muy dotado para la marca, que discutía con buen estado físico la supremacía en su territorio y así empezaron a caer centros sobre la valla de Acao. Los precisos para que Campodónico y Maluenda las ganaran todas por arriba ante la sola oposición de Quintano, porque el resto de los delanteros solo miraban los saltos de los zagueros. Y apareció también el arquero con reflejos, cálculos en las salidas y tapadas notables, como una en la que saco a córner un remate de Quintano.

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Pasados los veinte minutos comenzó también «el» partido de Alberto Martínez, que se concentró en largos diálogos con los defensores de Iquique. utilizó inútilmente la tarjeta amarilla como amenaza y completo su trabajo con un penal supuesto de Acao a Hoffens. De la misma incidencia salió expulsado Sasso por reclamar y Ramos asumió la responsabilidad de un empate. Que en esas condiciones suponía a lo menos un alargue favorable al mayor «resto físico» de la «U». El goleador azul cambio su modo habitual de ejecución y le dio fuerte. al medio, para consagrar la estirada de Acao. Y de ahí en adelante se desato la lucha de un equipo que aparentaba sin mucha convicción y de otro que defendía con orden. espíritu y buenas figuras. además a raíz del cobro de Martínez y la tapada de Acao. Iquique paso a ganar

IQUIQUE YA…

También en el ánimo de los neutrales. que se adhirieron ruidosamente a la causa de un equipo perjudicado pero fortalecido. Curiosamente. tampoco se acertó en el cambio de Castec por Ramos, ya que si bien el argentino no jugaba bien, ni menos después del penal, por el estilo que utilizaba la «U», lo que necesitaba era sumar y no restar hombres con alguna opción de cabezazo. Castec paso a desenvolverse solo en el área, mientras las esperanzas de algún desborde quedaban para Salah o alguna incursión de Socias. Pero aquí, en el repaso de la presión azul.

Salta a la vista otro mérito de Iquique. Algunas veces efectivamente los delanteros azules lograron rebasar la línea defensiva nortina. pero nunca pudieron finiquitar en el centro el disparo libre. porque la recuperación y aptitud atlética de los zagueros para el ultimo cruce fue notable. La «U» fue un equipo calmó hasta la exageración al comienzo y solo voluntariosa en la fase final. Iquique. en cambio. no fue menos que su rival en desplazamiento físico como podía preverse tras su desgaste de la semana; se aplicó fieramente a defender su zona, tuvo grandes figuras en lo defensivo y después del gol hasta se dio el lujo de zarandear a la zaga azul en el contragolpe. Es cierto. La «U» le jugo un primer tiempo a Iquique como si ganar fuera solo cosa de tiempo e Iquique le jugo todo el partido a la «U» respetándola en sus potencialidades, pero también respetándose a sí mismo con su fe, disciplina y claras ideas.

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Fuente Revista Estadio N°1.913 miércoles 9 de abril de 1980. La nota fue escrita por el periodista Igor Ochoa, quien hoy se desempeña en radio Cooperativa.

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