Desde diciembre 2021, el equipo de RUCO Festival ha trabajado por la consolidación y gestión de espacios abiertos al público, conversatorios, talleres y mediaciones que buscan acercar temáticas sobre las artes, la comunidad, el extractivismo y los sentires que atraviesan la experiencia de habitar el desierto.
Por: Valentina Camilla Araya
Fotografías: Johan Berna
En los últimos meses, el Museo Regional de Iquique ha abierto sus puertas para diversas manifestaciones de las artes y sus comunidades: desde el teatro, la danza, el circo y las artes visuales, todo esto a propósito de los movimientos y re-adecuación del espacio con motivo de la implementación de su nuevo plan museológico.
En este contexto, es que el segundo piso del Museo es habitado por el RUCO, el primer festival de arte contemporáneo que se realiza en la región y que cuenta con 14 obras en exposición, todas de artistas locales. En paralelo, se han concretado diálogos con una treintena de personas, entre artistas visuales, gestores culturales e investigadores de las artes tanto a nivel local, nacional como internacional.
Respecto al recibimiento por parte de la comunidad y el desarrollo del festival, la directora de RUCO, la curadora de arte Loreto González, comenta: «El festival ha sido recibido de manera positiva por la comunidad. Hemos sido recibidos con mucha alegría de que estén pasando estas actividades culturales, lo que nos permite visualizar nuevas posibilidades para seguir trabajando en estas acciones que tanto merece la región».
Desde la perspectiva de quienes exhiben su trabajo en el RUCO, le artista Lucas Núñez menciona: «He podido notar cómo dentro de las propias artes visuales aún hay formas de organizar propuestas que involucren a la comunidad y al territorio, desde hechos situados, el cariño y la colaboración, lo que permite llevar al arte a una participación activa y con sentido de pertenencia».
La vinculación efectiva ha implicado la gestión de instancias para sacar el RUCO a la calle y generar encuentros, como lo ha sido el mapping realizado en el Barrio El Morro, a cargo de Roberto Rojas, presentando “Mitos En Luz”, obra realizada con niños y niñas de Matilla, Huara y Pozo Almonte y la exhibición de “Experimentos Sonoros” por Adolfo Vergara en la Población Caupolicán, donde compartió sonidos recolectados de toda la región de Tarapacá.
RUCO ha ofrecido a la comunidad talleres abiertos y gratuitos, como lo han sido el taller de Mapping impartido por Roberto Rojas; el taller de Fotobordado realizado por el fotógrafo Johan Berna y la actividad “El sueño del RUCO propio” sobre bioconstrucción, impartido por Federico García, diseñador e integrante de la colectiva Awicha Pacha de Pozo Almonte.
Por otro lado, se han realizado dos lanzamientos de libros: El primero fue el encuentro a propósito del libro “Mujeres en las artes visuales en Chile (2010-2020)” que contó con la presencia de Gloria Cortés Aliaga, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes y el lanzamiento de “La pequeña gran historia de Tarapacá” investigación dirigida por el Centro de Estudios Históricos de la Universidad Bernardo O’higgins. Esta instancia contó con la presencia de Soledad González, directora del proyecto; el doctor en ecología Claudio Latorre y el arqueólogo Calogero Santoro.
Sobre las obras
A continuación, compartimos una breve descripción de las obras que podrán ser vistas en el RUCO:
Tabla Periódica Tarapaqueña
Es una curaduría realizada por el gestor cultural Rodolfo Andaur, que reúne los trabajos y visiones de Javiera Ganga y Tutu Espinoza; Sofo Valenzuela; Ann Jois y Camilo Ortega.
Las obras “El sabor de nuestro hogar”; “TEA (Tratando de Extraer Agua)”; “Monumento a la Mujer Tarapaqueña”; “Capas de olvido” y “Mineral Game”, reflejan el ardor y la sequedad del desierto desde la incorporación de texturas que exhiben la contingencia política que da cuenta de la violencia desmedida del sistema económico imperante en contra de la naturaleza, relacionando geografías que lucen brutalmente diezmadas por las acciones antropogénicas.
Desidias de un Hallazgo
Aborda la importancia de hilar historias a propósito de entender lo humano desde los tiempos y lugares por los que transita la vida. Es una invitación a una re-lectura más allá de la escritura y las grafías, gracias a las convergencias de nudos, líneas, trenzas y matrices de nuestras identidades.
La artista Vania Caro a través de “La Línea”, realiza una cartografía visual que contiene los apellidos de niños/as de Iquique y Alto Hospicio cuyos nombres están presentes en varios territorios. A su vez, Rosa Valdivia con “Lengua Pescadora” pone énfasis en la perdurabilidad de rasgos identitarios que viven a través de las formas de sobrevivencia. Por último, Francisca Palma con el “Bordado de una herida abierta” reconstruye a través del bordado con pelo, los rostros de las niñas y mujeres asesinadas en Alto Hospicio a fines de los 90.
Otros Trotes
Desde el posicionamiento que comprende el habitar como un ejercicio constante lleno de hitos personales, sociales y políticos, les artistas Lucas Nuñez, Natalia Montoya y María Inés Candía, dialogan en esta sala que invita a percibir desde lugares amplios y horizontales las huellas que generan las comunidades en medio de la necesidad de moverse y permanecer.
La obra “La urgencia del cuidado” registra los cuestionamientos sobre quiénes pueden intervenir la ciudad y ser parte de su cuidado. Por su parte, “PATIO” revive imágenes sobre la intervención con maquinarias en el cerro Dragón, luego de los terremotos ocurridos en Iquique, mostrando cómo la promesa del progreso presiona a la población a fundir sus propios muros para la próxima salvación.
Última Frontera y PALAS
Ambas obras son instalaciones de video ubicadas en medio de los pasillos del Museo. Los sonidos e imágenes que transmiten dan cuenta de dos momentos: por un lado la vinculación entre poesía y migración para acortar distancias y por otro, el reconocimiento del territorio a través de la conexión con las palas utilizadas por quienes habitaban las cercanías de Pozo Almonte.
Estas ideas fueron gestadas por los artistas Fernando Ossandón y Carolina Lazo, desde experiencias personales con el territorio, sus vivencias y las formas de habitar.
Las obras pueden ser visitadas hasta la última semana de febrero 2022 en el Museo Regional de Iquique. De igual manera, las actividades programadas seguirán su curso durante el verano, con modificación en los aforos acorde a lo que indique la normativa sanitaria.
Puedes consultar las actividades, sus registros e información en detalle sobre cada obra y sus artistas en www.rucofestival.cl o a través de sus redes sociales: Instagram (@ruco.festival) y Facebook (@RUCO – Festival de Arte Contemporáneo de Tarapacá)