mayo 19, 2025
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Abr

Imagen Tarapacá en el mundo

Semana Santa en el Iquique de los años 60

Catripetro*

Para los vecinos de la Plaza Arica, la Semana Santa era un período de reflexión y recogimiento, representado en los actos religiosos organizados por la iglesia y en diversas acciones cotidianas.

El jueves por la noche, asistíamos a la misa en la capilla de la Virgen del Carmen de la Plaza Arica. En este momento solemne, la tristeza nos embargaba hasta las lágrimas al recordar cómo Cristo, nuestro modelo a seguir, había sido asesinado y se había entregado voluntariamente para salvarnos de nuestros pecados. Durante esta misa se realizaba el lavado de pies, donde el sacerdote, en un acto de humildad, se arrodillaba ante los cristianos más pobres del barrio y les besaba los pies, siguiendo el ejemplo de Cristo.

El viernes y el sábado eran días dedicados a la reflexión y a destacar lo maravilloso que fue Dios al convertirse en hombre y entregar su vida, soportando tanto sufrimiento, para que nosotros siguiéramos sus principios.

El último día, al amanecer del domingo, las mujeres salían en procesión con la imagen de la Virgen María, mientras los hombres, provenientes de otra iglesia del mismo sector, lo hacían con la imagen de Jesús. Ambas procesiones se encontraban en una calle específica, representando el momento en que Jesús resucitaba. Este acto, conocido como «El Encuentro», simbolizaba el reencuentro de Jesús con su madre, y los asistentes, portando velas encendidas, cantaban con alegría, celebrando que Cristo había vencido a la muerte.

En aquella época, días antes de la Semana Santa se celebraba el Domingo de Ramos, donde, además de la misa, se obsequiaban ramas de olivo o palmas atadas con lana roja. Estas eran bendecidas por el sacerdote y luego llevadas a las casas, donde se colocaban detrás de la puerta como símbolo de protección y bendición.

Los días viernes y sábado las radios mostraban respeto por la muerte de Jesús al transmitir música clásica. Muchas personas no encendían el receptor en señal de duelo colectivo. Además, no se consumía carne de vacuno, pollo o cerdo; únicamente pescado o verduras, como muestra del amor y respeto hacia el Salvador del mundo. El domingo al mediodía se celebraba la misa de Resurrección, tras la cual se repartía chocolate caliente con un trozo de queque, en señal de alegría porque Jesús había vencido a la muerte.

En la actualidad, las tradiciones han cambiado. Solo persiste el lavado de pies, y el Encuentro ya no se realiza en la calle por temor a robos. Las radios han dejado de mostrar el respeto que antaño existía, priorizando el valor del dinero por encima de la fe. Las personas comen sin restricciones y muchos usan esos días para viajar fuera de la ciudad, reflejando cómo el consumismo ha eclipsado los valores cristianos. Hoy en día, la mayoría de las personas recuerdan a Cristo solo en momentos de conflicto, sin razonar ni reflexionar, y su conexión con las tradiciones religiosas se ha debilitado.


*Catripetro, seudónimo del reportero e investigador Edgardo Barría, fallecido en 2014. Foto cortesía de la página «Tarapacá en el Mundo». Esta nota fue publicada en el año 2011 en «El Sol de Iquique», donde Edgardo Barría ocupaba el puesto de editor.

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