Las enfermedades hepáticas crónicas representan la tercera causa de muerte en hombres, y la sexta en el caso de las mujeres. La médico general con formación en gastroenterología de Clínica Tarapacá, Dra. Dalila Aranguibel, advierte sobre la importancia de diagnosticar y tratar esta enfermedad a tiempo.
Actualmente, en el mundo hay aproximadamente 350 millones de portadores crónicos del virus de hepatitis B y se estima que el 35% de estos casos, desarrollará una enfermedad hepática tales como hepatitis crónica, cirrosis o hepatocarcinoma.
“La hepatitis es la inflamación aguda del hígado, cuyas causas incluyen desde virus, alcohol, tóxicos, medicamentos, ciertas homeopatías o productos de herbolario, entre otras”, señala la médico general con formación en gastroenterología de Clínica Tarapacá, Dra. Dalila Aranguibel.
La hepatitis b es una patología inmunoprevenible, y hoy es la causa más importante de enfermedades hepáticas, produciendo anualmente alrededor de un millón de muertes en el mundo por cirrosis o cáncer hepático. Los humanos son el único reservorio para VHB, y existen tres vías de transmisión: parenteral, sexual y vertical, en el caso de Chile predomina la segunda manera.
En Chile, el comportamiento de esta enfermedad es propio de una baja endemia, la infección no se produce de manera temprana, sino entre jóvenes y adultos, presentándose mayoritariamente, en hombres. La especialista agrega que la hepatitis B crónica se encuentra dentro del listado de enfermedades GES lo que significa que todo beneficiario con la confirmación de diagnóstico, tiene acceso a una evaluación inicial y tratamiento garantizado.
Por otra parte, la hepatitis C es una enfermedad que se presenta en la gran mayoría de los casos de manera asintomática. “Es una patología de alto impacto social y económico por las complicaciones que puede desarrollar, ya sea cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular”, explica la Dra. Dalila Aranguibel.
SINTOMAS
Por lo general, los síntomas –específicamente de la hepatitis b- aparecen a los cuatro meses de infección y consisten en dolor abdominal, orina oscura, fiebre, dolor articular, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, debilidad, fatiga y pigmentación amarilla de la piel y en la parte blanca del ojo.
Es importante destacar que las vacunas han demostrado ser la base del control, eliminación y erradicación de enfermedades en el mundo. Después del agua potable, son la herramienta más exitosa para la prevención primaria, manteniendo así el estado saludable la población frente a la enfermedad específica en que se está actuando. En el caso de la hepatitis A y B existen vacunas para combatirlas, mas no así para la hepatitis C.
Estos virus se propagan a través del contacto con la sangre o con fluidos corporales de una persona que tenga el virus. La especialista entrega algunas de las recomendaciones para evitar contagios tanto de la hepatitis A como de la B:
• Evitar compartir objetos personales, tales como afeitadoras o cepillos de dientes.
• Limpieza en la manipulación de alimentos.
• Precaución en tatuajes, perforaciones en el cuerpo o transfusión sanguínea.
• Mantener relaciones sexuales de manera protegida.