“El día que me traigan una prueba voy a hablar”, fue la respuesta que dio el Papa Francisco sobre la situación que afectaba al ex obispo de Iquique y ahora ex de Osorno, Juan Barros Madrid. Y ese día llegó, ya que durante la jornada de este lunes el Papa aceptó la renuncia del curita que pasó por el obispado de Iquique.
Junto con Barros también se van de sus cargos los curitas mandamases de Valparaíso, Gonzalo Duarte García de Cortázar y de Puerto Montt, Cristián Caro Cordero, también con manchas de encubridores de abusos sexuales.
El pasado mayo, el papa Pancho mandó llamar a 34 obispos chilenos al Vaticano, que presentaron su renuncia en bloque de sus cargos tras reconocer que habían cometido «graves errores y omisiones».
Ahora, Francisco ha aceptado por el momento las renuncias de estos tres religiosos chilenos y ha nombrado administradores apostólicos «sede plena» en las tres diócesis.
Durante su viaje a Chile en enero de este año, Francisco había defendido a Barros, considerado uno de los encubridores del cura Fernando Karadima, condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por violaciones y abusos sexuales a menores y las ramificaciones del caso.