ADOLFO VARGAS JOFRE*
Todos mis estudios fueron prácticamente gratuitos desde el punto de vista de las matrículas y mensualidades que hoy pagan miles de padres, madres y apoderados.
Hice mi enseñanza primaria (básica) en una escuela pública. La educación secundaria ( media) fue en un colegio particular pero que no se pagaba pues la financiaban los curas jesuitas que eran sus propietarios ( San Luis de Antofagasta). Y la universitaria fue en la Universidad del Norte ( hoy pomposamente denominada Universidad Católica del Norte) y que paradojalmente la habían fundado los sacerdotes jesuitas.
Mis padres solo debieron cancelar una matrícula anual, durante los tres primeros años de mis estudios en la Escuela de Periodismo, ya que cuando pase a cuarto año me había casado y por esa razón, la Universidad me ayudaba dándome gratuidad total.
Nunca hubo escándalos por esta razón. Por el contrario. La mayoría de los políticos que han pasado por todos los gobiernos desde la dictadura incluida, también estudiaron gratis.
Hasta cuando uno de estos políticos se le ocurrió ir a estudiar a Chicago y volver a Chile a imponer el actual sistema neoliberal en nuestra economía, diciendo entre otras sandeces que todos íbamos a ganar, incluidos los pobres, porque el “chorreo” iba a ser fenomenal.
Ni hablar lo que pasa hoy en nuestro país. Pensiones de jubilados misérrimas…un sistema de salud donde solo se salvan los ricos…la mejor educación para lo que más tienen…y para que seguir si todos saben la terrible desigualdad que hoy se vive en Chile.
Sin embargo, cuando se plantea una reforma educacional, incluso trucha como la que hoy se debate, la mayoría grita en contra la gratuidad de los estudios.
Es que quieren que los pobres sigan siendo pobres. Estudiar y obtener títulos, les significa a los poderosos tener que pagar sueldos dignos…habrá mucha gente peligrosa porque van a pensar y porque ya no nos podrán meter toda la mano en la boca ( o en el poto como fue el caso de la colusión del papel higiénico).
La educación de calidad, gratis e igualitaria para todos es una herramienta que lleva hacia un camino de una verdadera democracia, no como la que hoy vivimos donde todo es “en la medida que se pueda”, como lo dijo el primer Presidente de Chile al volver a la democracia. El mismo que salió a recorrer el mundo para decir que el Golpe de Estado era la salvación de los chilenos.
Por eso hoy me da rabia t me da pena, por mis hijos, por mis nietos y por las generaciones que vienen.
¿Cuántos de nosotros seremos capaces de sacar la voz y defender el derecho a educarse sin importar si tenemos dinero?.
*Adolfo Vargas Jofré/Periodista (UCN)
foto http://antofagastin.blogspot.cl/