En los primeros meses del año 1925, el Club Social y Deportivo Magallanes se encontraba en una grave crisis institucional, debido a problemas existentes entre los dirigentes y algunos de sus futbolistas. Los jugadores más jóvenes del equipo, liderados por David Arellano, exigían una serie de peticiones que convertirían a Magallanes en un club profesional: buscaban regular el pago de sueldos a los jugadores. También se pedía el recambio de algunos futbolistas casi “inamovibles” del primer equipo.
En la reunión del club, el 4 de abril de 1925, los jugadores “rebeldes” plantearon sus demandas. Sin embargo, éstas fueron totalmente rechazadas por la directiva del club, antiguos jugadores y socios. Además, a último minuto la regencia formó parte de la elección del nuevo capitán del equipo a fin de evitar que David Arellano fuese elegido, pese a que esta decisión sólo concernía a los jugadores entre los cuales Arellano contaba con una leve mayoría. Todo esto provocó la renuncia al club de éste y sus más cercanos compañeros.
Estos jugadores decidieron juntarse en el bar “Quitapenas”, ubicado por aquel entonces en calle El Panteón 1125. Aunque en un primer momento tenían la intención de integrarse a otro club, finalmente optaron por formar una nueva institución de fútbol con sólidos principios deportivos y morales.
Tras una serie de reuniones que comenzaron la noche del 12 de abril, en casa de la familia Arellano en calle Covadonga del barrio Estación Central, finalmente la fundación del club quedó sellada el día 19 de abril de 1925, en el Estadio El Llano.
Luego de ser propuestos varios nombres (“Independiente”, “O’Higgins”, “Arturo Prat”, entre otros), Luis Contreras, escogió el nombre del Cacique araucano Colo-Colo para el nuevo equipo; nombre que identificaría lo verdaderamente chileno y popular. Nació así el Colo-Colo Foot-Ball Club.
El primer presidente fue Alberto Parodi, mientras que Luis Barros Borgoño fue designado presidente honorario.
El uniforme del club fue definido el propio día 19 de abril de 1925 por Juan Quiñones, camiseta blanca, que representaría la pureza; pantalones negros, como símbolo de seriedad; medias negras con una franja blanca, no como un homenaje al uniforme de los marinos de la Armada de Chile, y zapatos negros con una franja roja, según proposición de David Arellano.