Una encuesta hecha por Ashley Madison, la red social para infieles más importante del mundo, revela que 8 de cada 10 mujeres eligen a sus amantes por su “atractivo físico” y su atractivo “sexual”. Eligen fogosidad para salir de la rutina.
La encuesta fue hecha entre 3.500 mujeres de entre 35 y 45 años. El 52% de las que ingresan a esa red dijo que elige a sus amantes por su “atractivo físico”, el 34% por su “atractivo sexual” y sólo el 14% por su personalidad. Según Víctor Hermosillo, director regional de AshleyMadison.com, “les interesa alguien que parezca que arrancará sus ropas y levantará sus pasiones. Alguien que las atraiga físicamente y con el que sientan que van a tener mucha piel en la cama”.
Sin embargo, los expertos separan la paja del trigo. “Una cosa es una infidelidad y otra es una relación de amantes. Una infidelidad de uno o dos encuentros es más sexual y es más probable que sólo interese el atractivo físico. Pero cuando la infidelidad se sostiene en el tiempo, se prioriza que el amante sea alguien con quien puede compartir cosas que con su pareja no puede, porque se siente menos juzgada. En general, quienes tienen relaciones de amantes dicen que se debe a que “con sus parejas se sienten acompañados pero solos”, dice Javier Camacho, Doctor en Psicología, presidente de la Fundación Foro y autor del libro “Fidelidad e Infidelidad en las relaciones de pareja”. Y dice que lo que muestra la encuesta está “más orientado a las fantasías que a la concreción. Muchas mujeres fantasean con las 50 Sombras de Grey pero ninguna quiere que la aten, la dominen y le peguen”.
La psicóloga y sexóloga Adriana Arias, agrega: “En el hombre, una infidelidad basada en el sexo y en el cuerpo de una mujer puede sostenerse un poco más en el tiempo porque tienen un erotismo genital más fuerte que el de las mujeres. Pero entre las mujeres, la fantasía con un hombre muy atractivo dura lo que dura la transgresión. A la tercera vez que estás con alguien que tiene un cuerpazo pero no hay empatía, comunicación o te parece un tonto con músculos, nuestra erótica se cae a pedazos”.
Fuente Informe 21/Clarín