Descrita con una pizca de humor en la película “Les Gamins” (Los Traviesos), en la que el nuevo novio de Lola, menor de 30 años, fantasea con su suegra, de 45, la fantasía de las mujeres maduras está en pleno boom.
Estas mujeres de 40 años, atractivas y muy a menudo “madres de familia”, encantan y alborotan a los más jóvenes. Un fenómeno con diversas facetas que navega entre la tendencia «asalta cunas» (desde Madonna hasta Valéria Bruni Tedeshi) y un estilo pornográfico en boga. Descifrémoslo.
El término “mujer madura” apareció sobre 1995. Entonces, se utilizaba para designar un estilo pornográfico preciso, donde las mujeres que rondaban los cuarenta ejercían una atracción sexual sobre hombres mucho más jóvenes que ellas. El género pasó a denominarse MILF, en inglés, Mother I’d Like to Fuck (una madre con la que follaría). Por aquel entonces era un género rodeado de tabúes que, sobre el 2000, los profesionales del cine X decidieron explotar. Y, en 2003, el género MILF reivindicó su particularidad.
En su versión más suave, este fenómeno se popularizó alrededor de dos iconos, Jennifer Coolidge y Pamela Anderson. La primera saltó al estrellato gracias a un personaje. Interpretaba a la madre atractiva de Stiller en la película American Pie, donde sedujo literalmente al joven Eddie K. Thomas. Por otro lado, Pamela Anderson fue madre y también pasó a catalogarse como MILF según distintas páginas de Internet.
La psicóloga, la madre y el complejo de Edipo
Pero, ¿por qué esta atracción? “Las fantasías con mujeres maduras hablan de la madre”, explica el psicoanalista Gérard Bonnet. Se trata de una búsqueda total y completamente “inconsciente”. Nadamos entre las aguas de Edipo. Este deseo por la madre, algo prohibido, no nació ayer…
En otra época, la fantasía por excelencia de los hombres maduros era seducir a jovencitas. ¡Pero los papeles han cambiado! Las relaciones entre hombres y mujeres han evolucionado, lo cual comporta nuevas representaciones de la sexualidad que la industria de películas X se encarga de inmortalizar.
Según nuestro experto, este fenómeno esta lejos de ser anodino: “La puesta en escena de esta fantasía en películas porno es una verdadera paradoja que gira alrededor de la necesidad de imaginarse en plena acción con la madre”. Si bien un buen número de consumidores de estas imágenes dan rienda suelta a su liberación sexual y ponen punto y final a sus tabúes, ¡en realidad es todo lo contrario!
Para el psicoanalista, esta atracción por la mujer madura, a la que el porno permite el acceso sin límites, revela, en realidad, un vínculo, una dependencia a la sexualidad de quienes le han precedido. La presencia omnipresente de la madre en el acto sexual es un delito de inmadurez flagrante. La adicción a esta fantasía o sus imágenes refleja un complejo de Edipo todavía no superado. No son los hombres quienes desean a una mujer madura, sino niños que quieren a su mamá.
¿Una fantasía que tranquiliza a los hombres sin confianza?
¿El deseo por las mujeres maduritas es un signo de los tiempos que vivimos? “Podría corresponder a una necesidad de seguridad por parte de los hombres”, explica Gérard Bonnet. En una sociedad en que apenas hay referentes, la búsqueda de la madre no debe sorprendernos.
Por un lado, la mujer madura representa la destreza sexual, la satisfacción masculina. Y por otro, también evoca maternidad. Siempre serás su niño pequeño, y te prometerá amor incondicional. “Una ventaja para las más jovencitas, a las que suelen catalogar de exigentes”, añade el psicoanalista. Con una mujer madura, el hombre siempre tiene las de ganar.
Por último, el psicoanalista opina que la incursión de esta fantasía en la industria del porno es emblemática, ya que vivimos una época en que los mensajes que generan ansiedad abundan cada vez más. Si el valor seguro es el sexo, entonces se asocia a la madre tranquilizadora. Así pues, estamos muy lejos de la liberación sexual despreocupada y sin tabúes…
Fuente: Informe 21