mayo 4, 2024
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Abr

22 abril 1973 | Primera protesta gay en Chile y el maltrato de la prensa de la época

En esos años, marcados por la intolerancia y la polarización política, hubo un hecho por el cual todos, especialmente los medios de comunicación, estuvieron plenamente de acuerdo: la humillación pública de las minorías homosexuales. Ese 22 de abril, doce travestis que ejercían la prostitución, enfrentaron los prejuicios históricos y superando el qué dirán, eclipsaron el ambiente político -a cinco meses del bombardeo de La Moneda- con una inusual protesta en la Plaza de Armas.

“La manifestación pública ocurrió el mismo día que el ultra derechista grupo Patria y Libertad hacía explotar una bomba en el monumento al Che Guevara en la comuna de San Miguel. Así, mientras el mundo político concentraba su interés en el atentado terrorista, la prensa sensacionalista se deleitaba cubriendo los pormenores de una manifestación pública jamás vista en nuestra homofóbica sociedad, y cuyos protagonistas eran un grupo de homosexuales que poco tenían que perder”, dice Robles en su libro, refiriéndose a La Raquel, La Eva, La Larguero, La Romané, La José Caballo, La Vanesa, La Fresia Soto, La Confort, La Natacha, La Peggy Cordero, La Gitana y La Katty Fontaine.

Diario Clarín proponía «rociarlos con parafina y tirarles un fósforo encendido»

VEA

Como ejemplo del desprecio por la diversidad sexual la revista sensacionalista Vea tituló: “Rebelión homosexual: los raros quieren casarse”. El allendista diario Clarín redactó, por su parte, una crónica incendiaria: “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas. Las yeguas sueltas, locas perdidas, ansiosas de publicidad, lanzadas de frentón, se reunieron para exigir que las autoridades les den cancha, tiro y lado para sus desviaciones. Entre otras cosas, los homosexuales quieren que se legisle para que puedan casarse y hacer las mil y una sin persecución policial. La que se armaría. Con razón un viejo propuso rociarlos con parafina y tirarles un fósforo encendido”, rezaba textual la crónica.

VEA

“Hasta ese minuto en la Plaza de Armas de Santiago, los “maracos”, “yeguas sueltas”, “locas perdidas”, “mariposones”, “colipatos” —como les llamaba la prensa amarilla a los homosexuales de entonces— no aparecían organizados, ni emancipados en ninguna parte. Sólo figuraban en reportajes relativos a la primera operación de cambio de sexo que transformó en mujer a Marcia Alejandra Torres, en pasionales crímenes sodomíticos o en redadas policiales contra los travestis prostitutos que ejercían el comercio sexual en calle Vivaceta 1226, lugar de hospedaje del mítico burdel de la más famosa reina prostibulera de Chile, Carlina Morales Padilla, la “Tía Carlina”, se lee en el capítulo “La primera rebelión” de La bandera hueca.

Víctor Hugo, quien próximamente viajará a Cuba como invitado a la VI Conferencia Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales de América Latina y el Caribe cuenta que “hoy, con una visión más ilustrada de los hechos noticiosos, resulta caricaturesca la homofobia expresada en los medios de comunicación social que dieron cuenta de esta protesta. Ninguno se salvó del juicio y el comentario grosero, particularmente la prensa de izquierda que, además de destacar el suceso en portada y contraportada, se esmeró en fustigar este hecho. La pro comunista revista Paloma hablaba de “50 anormales reunidos en Plaza de Armas”, y el diario Clarín, en su edición del 24 de abril del 73, hacía lo propio al señalar en portada: Colipatos piden chicha y chancho.

Fuente El Mostrador 2014

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