mayo 4, 2024
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04

Feb

Migración, Estado y la cuestión social en Tarapacá | Opinión Christian Cancino Plaza

Christian Cancino Plaza


cancino plazaMigrar es un derecho de cada persona, y siempre puede ser una oportunidad para los países receptores. El gran problema de todo es que tenemos un estado casi inexistente, disminuido en extremo por el neoliberalismo, y, de lo existente casi todo es ineficiente. Además, contamos con una cultura social totalmente desprendida de capacidad de análisis y, por el contrario, xenófoba en extremo; una ciudadanía empujada hacia la ignorancia e instrumentalizada por grupos políticos que pareciese que buscasen la desestabilización, y autoridades locales sin herramientas efectivas para tomar decisiones.  En ese contexto jamás se llegará a buenos resultados con alguna Política Pública, como hemos visto en estos años.  El tema es que sí puede haber algunas alternativas, incluso dentro del mismo sistema centralista actual, y que para el caso de Tarapacá se deben pensar seriamente.

«La Ley 21.074 de Fortalecimiento Regional faculta a los gobiernos regionales a solicitar transferencia de competencias hacia las regiones para poder hacer bajadas de la institucionalidad central al nivel subnacional (regional y local) en tres áreas claves del desarrollo: Ordenamiento Territorial, Fomento Productivo y Des. Social y Cultural. ¿Por qué no se ha solicitado? es una buena pregunta.

Pienso que las soluciones deben pensarse y diseñarse desde los territorios y con metodologías que permitan que exista una participación social y comunitaria efectiva y vinculante en el diseño e implementación de una eventual solución. Sólo de esa manera se logrará generar una política que pueda dar respuesta a un problema con las particularidades de cada territorio.

Ondas de posibilidades existen en nuestra región para generar políticas regionales, e incluso para realizar recaudación fiscal que permita generar más autonomía aún; pero pareciese que no hay ni voluntad o quizá por ahí ni se han dado cuenta.

La migración podría ser una oportunidad de integración y desarrollo que permita darle curso a una planificación del desarrollo de Tarapacá estratégico y de largo plazo.  Si se piensa el problema de fondo no es que haya mucho migrante en el hospital; el problema es que hay sólo 1 hospital para tanta población.  El problema en rigor no es la ocupación de plazas para vivir; el problema es que en Chile el pobre no tiene donde vivir (la diferencia es que en Chile se hacinan o arman campamentos) pero finalmente el problema es que no hay donde vivir.   Entonces, si hay que construir carreteras de conexión regional, si hay que construir escuelas y hospitales (otro en Iquique y otro en Pozo Alomnte), si se debe para el Tarapacá estratégico 2030 construir viviendas, barrios y servicios en Alto Hospicio y Pozo Almonte; o por ejemplo el famoso y nunca bien ponderado «Corredor Bioceánico…etc, la migración es una oportunidad de desarrollo.

Realizar una planificación territorial estratégica que desconcentre a Iquique generando conectividad y servicios con Alto Hospicio y Pozo Almonte, es hoy una necesidad.

Estas medidas de desarrollo estratégico no serían sólo una alternativa para la migración, sino que para los mismos connacionales pues sólo en Tarapacá tenemos una tasa de desempleo que alcanza hoy un 53,8%; y tenemos a 25 mil familias sin casa, por mencionar sólo 2 variables que implicarían trabajo, desarrollo y descentralización.  Pero no se piensa la región desde la región y eso es porque el problema finalmente no es migrar, sino que ser pobre, en un país pobre, de pensamiento.

Creo que vencer el centralismo para tomar decisiones acá, es también responsabilidad de la región -autoridades políticas, civiles y la comunidad organizada en sus barrios- que no cuenta ni ha tenido voluntad política para propiciar y «crear» un sistema realmente efectivo de participación y relación estado sociedad. Se critica el centralismo, pero a la hora de enfrentar una crisis se pide respuesta, solución y responsabilidad en Santiago. Y luego vienen de Santiago con más de lo mismo y así gira este círculo vicioso de políticas públicas mal diseñadas y peor implementadas.

Se deben pensar desde los territorios las soluciones para los territorios…las herramientas están, las capacidades igual…Los recursos también.

Exigir las Transferencia de Competencias que confiere la Ley 21-074 para Tarapacá es un imperativo político, social y moral hoy para el desarrollo estratégico de la región y sus habitantes.

 

Migrar es un derecho de cada persona, y siempre puede ser una oportunidad para los países receptores. El gran problema de todo es que tenemos un estado casi inexistente, disminuido en extremo por el neoliberalismo, y, de lo existente casi todo es ineficiente. Además, contamos con una cultura social totalmente desprendida de capacidad de análisis y, por el contrario, xenófoba en extremo; una ciudadanía empujada hacia la ignorancia e instrumentalizada por grupos políticos que pareciese que buscasen la desestabilización, y autoridades locales sin herramientas efectivas para tomar decisiones.  En ese contexto jamás se llegará a buenos resultados con alguna Política Pública, como hemos visto en estos años.  El tema es que sí puede haber algunas alternativas, incluso dentro del mismo sistema centralista actual, y que para el caso de Tarapacá se deben pensar seriamente.

«La Ley 21.074 de Fortalecimiento Regional faculta a los gobiernos regionales a solicitar transferencia de competencias hacia las regiones para poder hacer bajadas de la institucionalidad central al nivel subnacional (regional y local) en tres áreas claves del desarrollo: Ordenamiento Territorial, Fomento Productivo y Des. Social y Cultural. ¿Por qué no se ha solicitado? es una buena pregunta.

Pienso que las soluciones deben pensarse y diseñarse desde los territorios y con metodologías que permitan que exista una participación social y comunitaria efectiva y vinculante en el diseño e implementación de una eventual solución. Sólo de esa manera se logrará generar una política que pueda dar respuesta a un problema con las particularidades de cada territorio.

Ondas de posibilidades existen en nuestra región para generar políticas regionales, e incluso para realizar recaudación fiscal que permita generar más autonomía aún; pero pareciese que no hay ni voluntad o quizá por ahí ni se han dado cuenta.

La migración podría ser una oportunidad de integración y desarrollo que permita darle curso a una planificación del desarrollo de Tarapacá estratégico y de largo plazo.  Si se piensa el problema de fondo no es que haya mucho migrante en el hospital; el problema es que hay sólo 1 hospital para tanta población.  El problema en rigor no es la ocupación de plazas para vivir; el problema es que en Chile el pobre no tiene donde vivir (la diferencia es que en Chile se hacinan o arman campamentos) pero finalmente el problema es que no hay donde vivir.   Entonces, si hay que construir carreteras de conexión regional, si hay que construir escuelas y hospitales (otro en Iquique y otro en Pozo Alomnte), si se debe para el Tarapacá estratégico 2030 construir viviendas, barrios y servicios en Alto Hospicio y Pozo Almonte; o por ejemplo el famoso y nunca bien ponderado «Corredor Bioceánico…etc, la migración es una oportunidad de desarrollo.

Realizar una planificación territorial estratégica que desconcentre a Iquique generando conectividad y servicios con Alto Hospicio y Pozo Almonte, es hoy una necesidad.

Estas medidas de desarrollo estratégico no serían sólo una alternativa para la migración, sino que para los mismos connacionales pues sólo en Tarapacá tenemos una tasa de desempleo que alcanza hoy un 53,8%; y tenemos a 25 mil familias sin casa, por mencionar sólo 2 variables que implicarían trabajo, desarrollo y descentralización.  Pero no se piensa la región desde la región y eso es porque el problema finalmente no es migrar, sino que ser pobre, en un país pobre, de pensamiento.

Creo que vencer el centralismo para tomar decisiones acá, es también responsabilidad de la región -autoridades políticas, civiles y la comunidad organizada en sus barrios- que no cuenta ni ha tenido voluntad política para propiciar y «crear» un sistema realmente efectivo de participación y relación estado sociedad. Se critica el centralismo, pero a la hora de enfrentar una crisis se pide respuesta, solución y responsabilidad en Santiago. Y luego vienen de Santiago con más de lo mismo y así gira este círculo vicioso de políticas públicas mal diseñadas y peor implementadas.

Se deben pensar desde los territorios las soluciones para los territorios…las herramientas están, las capacidades igual…Los recursos también.

Exigir las Transferencia de Competencias que confiere la Ley 21-074 para Tarapacá es un imperativo político, social y moral hoy para el desarrollo estratégico de la región y sus habitantes.

 

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